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19.01.2012

Restauración en la iglesia de la Encarnación

Ante el aspecto que daba al monumento religioso la situación de los muros verticales interiores, se han realizado unas obras de restauración. El importe total ha ascendido a 99.859,94 € financiados, en su mayor parte, por la aportación de subvención de la Diputación.

Los muros verticales interiores de la iglesia estaban descarnados y con la piedra vista, “lo que daba un aspecto sombrío a la iglesia”, matizan desde Patrimonio Monumental de la diócesis.
Las obras de restauración han consistido en aplicar en las paredes un “zarpeo con mortero de cal y posterior pintado”. Se han instalado, además, enchufes eléctricos en el zócalo y se ha sustituido una vidriera deteriorada. “La dirección facultativa de las obras la ha llevado Rafael Purroy, arquitecto del Departamento de Cultura de Diputación”.
Para la financiación de los trabajos, se ha contado con la aportación de la Diputación (74.075,29 €) y el resto ha corrido por cuenta de la Comunidad de Dominicos.
Iglesia y convento de la Encarnación
En 1499, María Ortiz de Madariaga fundaba una congregación religiosa que se instaló en una casa del Casco Viejo bilbaíno. Pero en 1513, cuando la congregación sumaba ya 29 monjas, decidieron construir un nuevo edificio en el arrabal de Atxuri. Nacía así el convento dominico de La Encarnación, formado por la iglesia y las dependencias ordenadas alrededor de un claustro.
El claustro es muy singular: tiene sólo dos alas, ya que un tercer flanco era ciego y el cuarto estaba cerrado por una pared rocosa. Las dos galerías se abren al patio a través de sencillos arcos renacentistas de medio punto. Sobre ellos se construyeron en varias etapas las dependencias conventuales.
El conjunto fue abandonado por las religiosas dominicas en 1965. Se inició entonces un proceso de ruina que a punto estuvo de acabar definitivamente con el convento. El acuerdo firmado en 1991 entre el Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación Foral de Bizkaia y la Diócesis de Bilbao sirvió de arranque a la rehabilitación del edificio y su conversión en sede del Museo Diocesano de Arte Sacro.