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06.05.2014

“El virus que hay que combatir es el de la soledad y el abandono”

El Cursillo tiene lugar cada año días antes de Pascua del Enfermo (25 de mayo) y en esta ocasión se está desarrollando como parte del programa organizado en torno al Gesto Diocesano de Solidaridad (30 de mayo). José Luis Segovia, cura en Vallecas desde hace 25 años, relacionó la Pastoral de la Salud con la situación de crisis actual en base a los dos sentimientos morales que dignifican a todos los seres humanos: la compasión y la indignación.

Estos dos sentimientos nos los ha puesto el buen Dios en la conciencia de todos incluso más allá de las creencias. La compasión es la capacidad de ponernos en el lugar del otro y la indignación es la sublevación del alma cuando vemos que alguien es injustamente tratado. Entiendo que ambos tienen que estar presentes en la Pastoral de la Salud porque ésta es privilegiada por su cercanía al lugar del sufrimiento y a la vulnerabilidad del ser humano que acerca a la esencia del Evangelio. El lugar natural del que surge la Iglesia es a los pies de la cruz.
¿Cuál es el desafío de la Pastoral de la Salud?
Poner en valor la misericordia y la compasión pero no entendida como la mirada por encima del hombro y desde el paternalismo sino la que pone en valor al Dios que cura y sana. La sola presencia de los agentes de esta pastoral rompe los virus de la soledad, el abandono y la falta de esperanza que son los que hay que combatir.
Hay veces que ponemos al `otro´ en cuarentena.
A veces ese `otro´ llega a ser mi enemigo. Esta es, sin duda, una de las patologías del momento actual. Desde una lectura creyente sobre la realidad, el otro cuanto más otro sea tendremos más posibilidad de acercarnos al Otro, con mayúsculas. Si la otra persona es vulnerable, discapacitada y además no tiene papeles, tenemos una oportunidad preciosa de experimentar el misterio de Dios que siempre es pluralidad y diversidad. Dios nos desafía a hacer un mundo de seres humanos más iguales pero al mismo tiempo, respetando la diferencia.