La edificación, que data del siglo XVI "tiene su riqueza y merece la pena su restauración", destaca Felix Mª Iturriaga, Responsable de Patrimonio Monumental del Obispado.
A fin de acometer la restauración de la ermita, el Ayuntamiento, la Parroquia de Artea, el Obispado, la Diputación han mantenido diversos encuentros, con el fin de acordar qué hacer y cómo financiar las obras, contando también con los servicios técnicos del Instituo Labayru en etnografía y del Museo Diocesano por lo que se refiere a sus pinturas, retablo, imágenes y mobiliario. La Delegación de Patrimonio del Obispado juzgó necesario analizar el caso interinstitucionalmente y con la ayuda técnica mencionada tras constatar la singularidad arquitectónica, etnográfica, artística y mobiliaria de la ermita.
Como resultado de estas conversaciones se llegó a la conclusión de rehabilitar la ermita en varias fases, tratando de mantener su singularidad. La primera fase consiste en restaurar la cubierta completa de la ermita, que abarca también a la vivienda y al edificio que sirvió de cuadra y pajar, que, exteriormente, forman un todo con la ermita. Con el fin de evitar un deterioro aún mayor de las pinturas murales, el retablo y las imágenes, se encargó a la empresa de restauraciones Equipo VII que retirase todo lo posible y protegiese el resto. El coste de estos trabajos ha ascendido a 3.020,80 €.
Por su parte, los trabajos de sustitución de la cubierta y revisión de la espadaña han ascendido a 45.544,51 €. Está fase concluirá previsiblemente la próxima semana. Para financiar estas obras el Ayuntamiento ha aportado 25.000 €.; 20.000 €. La Diputación y, los 3.565,31 €, restantes han corrido a cargo de la Parroquia. La dirección de las obras está siendo llevada a cabo por el arquitecto técnico José Floren Urutxurtu. En fases sucesivas se acometerá la restauración de los muros perimetrales y solera, para concluir con la restauración de las pinturas murales, retablo, imágenes, etc.