¿Cuáles son las conclusiones fundamentales que derivan del estudio de la Percepción sobre la Iglesia en Bizkaia?
Diría que en el estudio se deja ver la necesidad de que la Iglesia se acerque más al medio social pero también que la sociedad se acerque más a los valores de la Iglesia Católica. En ese sentido se hace necesario ir al encuentro la ciudadanía tanto en el contacto directo como a través de los medios de comunicación.
Hay mejor valoración respecto de lo que se percibe que hace la Iglesia (las actividades que realiza) que sobre lo que dice (los mensajes). A la vez hay que decir que existe un desconocimiento básico de esos mensajes, basado en el insuficiente interés hacia esas informaciones.
Las actividades de la Iglesia se vinculan fundamentalmente a un componente social y de ayuda a las personas necesitadas. Diría que el primer acercamiento a los no creyentes debería ser más a través del ejemplo que de la palabra. Hay que comunicar estas actividades e implicar en su desarrollo a los jóvenes.
¿Qué ocurre con los jóvenes que parece que se distancian cada vez más?
Ciertamente la proporción de los jóvenes en edades comprendidas entre los 18-25 años, que se consideran católicos, en distinto grado, es de un 28% frente al 60% que se considera ateo, agnóstico o no creyente. Sin embargo, la encuesta muestra que un 43% de los jóvenes de esa franja de edad, reza. Parece que las prácticas individuales exigen menos esfuerzo y los modos, formas y momentos en el rezo se pueden ajustar mejor a las preferencias personales.
El estudio pone de manifiesto la necesidad de renovar la imagen de la Iglesia Católica. En este momento se la ve que carece de una imagen joven y que no es innovadora. Ello contribuye también a que se la distancie del medio social. Estamos en un medio social que valora en gran medida «lo joven», «lo moderno»…
¿Qué les ha llamado la atención?
La ciudadanía establece una conexión entre lo que es la crisis actual y los modos de conducta. No cabe circunscribirla a la evolución de cifras macroeconómicas sino que va bastante más lejos. Eso supone que para superarla se hace necesario modificar modos y formas de conducta. A la vez que esos cambios no es algo que deban hacer «otros» sino que nos implica a nosotros mismos.
El estudio pone de manifiesto que la sociedad considera que no se hace esfuerzo suficiente en la comunicación de valores. Sin embargo deja abierta en una medida importante el quién debería de ocuparse de esta trasmisión de valores. Vendría a ser como decir que el cierto vacío que ha dejado la iglesia en la trasmisión de valores sociales (en base al distanciamiento social de la iglesia católica) no ha sido ocupado. Hay un cierto vacío y una demanda de que eso es algo que se debe «arreglar». Se considera que el principal trasmisor de valores deben ser los centros educativos. No hay que olvidar el papel de los medios de comunicación en esa trasmisión de valores.
03.12.2013
“Se percibe a la Iglesia de Bizkaia cerca de las personas necesitadas”
David Díez Llamas, doctor en sociología general e industrial es uno de los responsables del estudio sobre la Percepción de la Iglesia en Bizkaia, que ha realizado la empresa Ikerfel a petición de la Diócesis de Bilbao. Tal y como remarcaba ayer el vicario general, Ángel María Unzueta, se percibe nuestra Iglesia “como samaritana”.