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16.10.2013

Buenas prácticas en el campo de la intervención social

Con ocasión de los actos que se han organizado para recordar el décimo aniversario del centro Hontza y de la Sala de Consumo Supervisado, Cáritas Bilbao, Munduko Medikuak y el Gobierno Vasco han presentado el “Manual de Buenas Prácticas para la creación de alternativas de intervención dirigidas a la población drogodependiente en situación de exclusión social: Un nuevo paradigma de intervención”.

Las actividades organizadas durante esta semana con motivo del aniversario del centro Hontza prosiguen aglutinando a diversa gente interesada en el campo de la intervención social.  Mañana se clausurarán los actos programados con la eucaristía, presidida por el obispo de Bilbao en la iglesia de San Antón, a las seis y media.
Hoy se ha presentado un Manual de Buenas prácticas elaborado conjuntamente entre Munduko Medikuak y Cáritas Bizkaia sobre la intervención entre la población drogodependiente. Por la tarde,  a las cinco, se realizará una acción en la calle para dar a conocer el centro.
Único en Euskadi
En nuestra Diócesis la acción de Cáritas se desarrolla sobre 13 mil personas en dificultad. Dentro de los programas en la intervención con personas con adicciones, Hontza es un proyecto “importante” para el director de Cáritas Bizkaia, Carlos Bargos. Se trata del único dispositivo nocturno de baja exigencia dirigido a personas mayores de 18 años con trastornos adictivos en activo y en situación de vulnerabilidad. En una década ha atendido a 3.568 personas distintas.
Por medio de este centro “se intenta recuperar la dignidad” de estas personas en grave exclusión en nuestra sociedad. Son muchos los reconocimientos que ha recibido a lo largo de estos años el centro, el último el “Premio Reina Sofia” que se recogerá en Madrid en noviembre.
Hontza va más allá de la intervención nocturna con las personas a las que acompaña. Se hace seguimiento de sus vidas, se mantiene el contacto, se hacen apoyos puntuales aun estando la persona en otros momentos vitales. Al final “el personal del centro se convierte en un enclave y referencia para la persona”. La media de estancia de las personas atendidas es de 4-5 años, lo que visibiliza su gran “fidelización”.