Sacramentos
Nota de Vicaría General sobre la Comunión de los fieles celíacos
Directorio Diocesano del Sacramento del Bautismo
Sugerencias para preparar la celebración de la Confirmación en la Misa
Orientaciones pastorales diocesanas para la Primera Penitencia y Primera Eucaristía
(EXTRACTO)
Lo que a continuación se incluye es un pequeño extracto de las Orientaciones Pastorales Diocesanas* aprobadas por el Consejo Episcopal en 1990, que mantienen plenamente su vigencia.
68. CUARTA DIRECTRIZ: la parroquia, «lugar» de la catequesis y de las primeras celebraciones sacramentales
La parroquia, en cuanto parcela local de la Iglesia diocesana, es «la matriz de la vida cristiana»,[1] el ámbito ordinario del nacimiento y crecimiento de la fe, de la oración y celebración de los sacramentos, del envío de los cristianos a estar presentes apostólicamente en el mundo. Concretando los criterios, la parroquia es lugar privilegiado, donde se realiza la comunidad cristiana, ya que es como la verdadera madre de todos, de cualquier sexo, edad y condición.[2]
En este sentido:
69. 1. La comunidad parroquial es el lugar normal y preferente de la catequesis que prepara a los niños a la Primera Penitencia y Primera Eucaristía y el «lugar propio» de la celebración de estos sacramentos. La comunidad, que los engendra e incorpora inicialmente por el Bautismo, completa como norma general su maternidad eclesial catequizando a sus hijos y celebrando con ellos la Primera Eucaristía, para incorporarlos a sí misma, como comunidad adulta y permanente.
El «privilegio» de los pobres, en la medida en que se encuentren incapacitados para comprender otros criterios pastorales de la comunidad, será el único criterio de excepción.
70. 2. Por tanto, es necesario llevar a la práctica la acción 6.4. del 6º Objetivo General de la Asamblea Diocesana: «Que la parroquia, como comunidad de comunidades, sea el lugar común en el que todos los cristianos celebren los grandes acontecimientos religiosos».
En consecuencia:
a) Los niños participarán en la catequesis de la parroquia a la que pertenecen, a lo largo de todo el proceso catequético de la infancia: 6-12 años, y en ella se incorporarán a la comunidad cristiana adulta, al celebrar los Primeros Sacramentos.
b) Si los padres están vinculados a otra parroquia que no es la suya, y el niño va a practicar después en ella su vida eclesial, será preferible que se prepare en esa parroquia y en ella celebre los sacramentos.
c) Las celebraciones de la Primera Penitencia y Primera Eucaristía tendrán lugar sólo en la comunidad parroquial. Ésta es una norma que ha de cumplirse en toda la Iglesia diocesana.
71. 3. Si los padres solicitan de la parroquia propia ir a otra para celebrar la Primera Eucaristía de su hijo o hija, el párroco de la comunidad de origen deberá extender un certificado escrito acerca del nivel de preparación catequética y comunitaria en que se encuentra el niño o niña, y quizá sobre la situación religiosa de su familia. Corresponde al párroco de la comunidad de destino discernir si hay razones pastorales como para recibirlo o recibirla.
Éste deberá tener en cuenta que no se consideran razones pastoralmente válidas:
- la cercanía del restaurante donde celebrarán la comida;
- el unir la Primera Eucaristía a otra celebración religiosa, por ejemplo una boda.
72. En cambio, pueden ser razones pastoralmente válidas:
- el hecho de que esta segunda comunidad parroquial es la comunidad habitual de la celebración de la fe de los padres del niño o niña, o la comunidad donde radica su grupo de referencia cristiana;
- el hecho de que los padres tengan proyectado trasladar su lugar de domicilio al territorio de la nueva parroquia;
- (en el caso de algunas personas, generalmente pocas): el hecho de que sea esa parroquia el único punto de contacto eclesial para los padres del niño o niña o para sus tutores más inmediatos.
73. 4. Si los padres, en diálogo con el párroco y el equipo responsable de la catequesis parroquial, deciden que dos de sus hijos celebren la Primera Eucaristía el mismo día, el mayor esperará al menor, hasta que éste haya terminado la preparación catequética prescrita.
RESUMEN DE LAS DIRECTRICES VINCULANTES
(Para toda la Diócesis)
90. A lo largo de la Segunda Parte se ha hecho clara distinción entre las directrices que son vinculantes o de «obligado cumplimiento» para toda la Diócesis y las que son recomendadas o aconsejables.
Por tanto, aunque no todas las directrices son obligatorias, sí es obligado avanzar en la dirección de las pistas que se proponen, incluso como recomendadas. De esta manera, aunque se promuevan iniciativas propias en determinados lugares (Sectores, Vicarías…) todos caminaríamos en una dirección unitaria.
He aquí, a modo de recordatorio, las directrices vinculantes en toda la Diócesis:
91. 1. Preparación y edad de los niños:
a) Se dedicará el periodo de un año para despertar o afianzar en los niños el sentido de Dios y la vivencia de Jesús.
b) Los niños comenzarán siempre la catequesis de la comunidad cristiana con los temas de «Dios es nuestro Padre», Año Primero, destinado al despertar religioso.
c) La duración de la preparación a los Primeros Sacramentos será, al menos, de tres años. La celebración de los mismos no se realizará antes de los 9 años.
92. 2. Urge plantear a los padres y madres «alejados» un proceso adaptado y adecuado de evangelización misionera.
Por eso, las comunidades cristianas ofrecerán, como mínimo, una de estas dos alternativas de acción evangelizadora:
1ª. Encuentros mensuales para que las familias puedan colaborar en la catequesis de sus hijos a lo largo de tres años.
2ª. Encuentros mensuales para que las familias puedan realizar -ellas mismas- un proceso misionero durante tres o, al menos, dos años.
93. 3. Los padres y madres creyentes y practicantes dispondrán de dos alternativas:
a) Se les invitará a participar activamente en los encuentros mensuales de evangelización misionera (ver nn. 56-60), favoreciendo el clima cristiano del grupo con su testimonio y sus aportaciones (ver n. 14).
b) Allí donde sea posible, se constituirá con ellos un grupo de catequesis familiar en coordinación con la catequesis parroquial.
94. 4. Los catequistas
a) Todos los catequistas deberán tener un grupo de referencia cristiana, que puede ser un grupo ya existente o el grupo formado por los propios catequistas.
b) Asimismo, aquellos catequistas que tengan una encomienda de coordinación, deberán hacer -si no lo han hecho ya- un proceso diocesano homologado de formación cristiana y catequética.
95. 5. La comunidad parroquial
a) Los niños se incorporarán a la catequesis de su parroquia durante toda su infancia (6-12 años). La comunidad cristiana pondrá todos los medios que estén a su alcance para aumentar el número de niños que continúen después de celebrar la Primera Eucaristía.
b) Los niños, cuyos padres no respondan a ninguna de las acciones alternativas propuestas para ellos (ver nn. 50-55, 56-60, 92), serán atendidos por catequistas de la comunidad parroquial en sesiones semanales (ver n. 52, punto tercero). Cúmplase, sin embargo, lo que dice el n. 59 al final de su párrafo segundo.
c) Las celebraciones de la Primera Penitencia y Primera Eucaristía tendrán lugar en la comunidad parroquial.
96. 6. Condiciones para unas celebraciones eclesiales
a) Los niños celebrarán la Penitencia Comunitaria según la forma B: asegurando la acogida, la escucha y la absolución de cada niño individualmente.
b) La comunidad cristiana actuará como sujeto autorizado para discernir según criterios diocesanos establecidos:
- tanto la calidad de los procesos evangelizadores de niños y padres
- como la calidad religiosa y eclesial de las celebraciones.
c) La Delegación de Catequesis y el Secretariado de Liturgia ofrecerán una reflexión acerca del sentido cristiano de los elementos festivos que rodean la celebración de la Primera Eucaristía, y
El Consejo de Pastoral de la Vicaría o del Sector, con la ayuda de estas reflexiones, concretará las normas prácticas en aplicación de los principios y directrices que se ofrecen en estas Orientaciones diocesanas (sobre trajes, videos, fotografías y lugares de culto asimilables a las parroquias) (ver nn. 37 y 78-84).
97. 7. La continuidad de los familiares y de los niños
a) La comunidad cristiana -mediante sus responsables- establecerá un equipo de acogida y de acompañamiento a los padres y madres que se han ido incorporando a algún grupo, catecumenado o tarea parroquial.
b) Respecto de la continuidad de los niños, ver 5.a.
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* Delegación Episcopal de Catequesis y Secretariado Diocesano de Liturgia. Diócesis de Bilbao. Bilbao 1990.
[1] Congreso sobre «Parroquia evangelizadora». Madrid 1988. Conclusiones. 2ª Ponencia, n. 6.
[2] Ver: CC n. 268. CT n. 67. MPD-1977 n. 13. Congreso «Parroquia evangelizadora». Conclusiones. 2ª Ponencia, nn. 3, 4, 5 y 6, y Ponencia 3ª n. 2. Juan Pablo II: Alocución a los Obispos de Lombardía (Italia), 1987. Sin duda, en todas estas afirmaciones sobre la parroquia, se expresa más el deseo urgente de cambio, que la realidad actual parroquial: cfr. Obispos de Euskal-Herria: La Iglesia, comunidad evangelizadora. Pastoral de Cuaresma, 1983, nn. 18-22. Sin embargo, ellas indican el sentido del cambio que va experimentando la parroquia y que debe seguir transformándola: cfr. Congreso «Parroquia evangelizadora», Conclusiones de la 3ª Ponencia.