La citada bula fue expedida el 21 de abril de 1950 y publicada en el Boletín Oficial de la Diócesis de Vitoria en mayo de 1950. En ella se encomendaba al entonces Nuncio en España, Monseñor Cayetano Cicognani, la ejecución de todo lo que venía determinado en la Bula Apostólica, lo cual, efectivamente, se llevó a cabo con fecha de 1 de julio de 1950, fecha de la que hoy conmemoramos el 60 aniversario. A partir del 1 de julio de 1950 el Nuncio Apostólico en España con facultades de Legado a latere, declaró «erigidas las referidas diócesis» y, si bien los sacerdotes quedan incardinados en la “diócesis en cuyo territorio tenga legítimamente oficio o beneficio eclesiástico”, Monseñor Cicognani procedió también a la asignación y reparto de los recursos económicos existentes.
A partir del 1 de julio de 1950 comenzó la aventura de la historia de la diócesis de Bilbao, cuyos primeros pasos, bajo el mandato de Monseñor Casimiro Morcillo, estuvieron destinados a crear el entramado diocesano: formación del cabildo, creación de nuevas parroquias, nombramientos, organización de la actividad pastoral… En medio de una época de profundos cambios sociales, demográficos, culturales, políticos y económicos, la nueva sede de Bilbao debía dedicar sus esfuerzos a crear una sólida infraestructura organizativa y pastoral, que ha ido evolucionando a lo largo de sus 60 años de vida. Este devenir histórico como Diócesis será objeto de difusión y conocimiento en los diversos actos conmemorativos que tendrán lugar a partir del próximo mes de noviembre.
30.06.2010
1-7-1950: comienza la aventura
La bula Quo Commodius de 2 de noviembre de 1949 creaba las Diócesis de Bilbao y de San Sebastián "buscando el bien espiritual de los fieles de Vasconia y queriendo dotarlos de mayores medios". Según esta bula "La nueva Diócesis de Bilbao coincidirá con los límites de la provincia civil de Vizcaya y el territorio de Villaverde de Trucios constará de doscientas once parroquias; le asignamos como Patrono a San Ignacio de Loyola. Establecemos su sede en la ciudad de Bilbao y elevamos al grado y dignidad de iglesia catedral al templo en ella existente dedicado a Dios en honor del Apóstol Santiago el Mayor (..) A estas iglesias constituidas así en catedrales y a los que fueren sus obispos, les atribuimos todos los derechos, insignias, favores y privilegios de los que gozan en todo el orb, y por derecho común el resto de las catedrales y sus prelados, a la vez que contraen todas las cargas y obligaciones que les son anexas".
