Como preludio a la jornada, la semana del 20 al 23 de enero hubo varios encuentros entre los grupos de Pastoral de la Salud de las vicarías III y VII. Participaron sus responsables vicariales, Goyi Rivera (III) y Teresa Reyzabal (VII), además de la responsable diocesana del área de Salud, Laura Etxeberria. También contaron con representación de los equipos de los Servicios de Atención Religiosa y Espiritual (SARE) de Basurto y Santa Marina.
El lunes 20 de enero se reunieron en la casa de espiritualidad de Begoña agentes de pastoral de la salud de las parroquias de Begoña, Santa María de Goiuri, Nuestra Señora del Carmen y San Francisquito de Santutxu, y de la UP Otxarkoaga- Txurdinaga.
El martes 21, en los locales de El Corpus, participaron agentes de Nuestra Señora del Rosario de Rekalde, de Autonomía-Indautxu y de El Corpus. El miércoles 22, en Barria, acudieron agentes de las UP de Artxandape, Etxebarri y la UP San Fausto de Basauri y, el jueves 23, en los locales de la iglesia de San Ignacio, se encontraron los grupos de Arangoiti, San Pedro de Deusto y San Ignacio.
«Estos encuentros -explica Laura Etxeberria- nos han ayudado a estrechar lazos entre las UP´s más cercanas y han servido para compartir la realidad de la Pastoral de la Salud de la Diócesis que, aunque más débil y con grupos menos numerosos, continua ofreciendo atención religiosa a las personas enfermas de nuestras comunidades, especialmente a quienes viven en residencias de mayores y a quienes ingresan en hospitales, todos los días del año».
Oración de la campaña
También han reflexionado sobre el momento actual y el llamamiento que hace el Papa Francisco, en este año Jubilar, a ofrecer signos de esperanza y una atención inclusiva a las personas enfermas.
Oración de la campaña:
Texto de la Bula en que el papa Francisco se refiere a las personas enfermas:
11. Que se ofrezcan signos de esperanza a los enfermos que están en sus casas o en los hospitales. Que sus sufrimientos puedan ser aliviados con la cercanía de las personas que los visitan y el afecto que reciben. Las obras de misericordia son igualmente obras de esperanza, que despiertan en los corazones sentimientos de gratitud. Que esa gratitud llegue también a todos los agentes sanitarios que, en condiciones no pocas veces difíciles, ejercitan su misión con cuidado solícito hacia las personas enfermas y más frágiles.
Que no falte una atención inclusiva hacia cuantos hallándose en condiciones de vida particularmente difíciles experimentan la propia debilidad, especialmente a los afectados por patologías o discapacidades que limitan notablemente la autonomía personal. Cuidar de ellos es un himno a la dignidad humana, un canto de esperanza que requiere acciones concertadas por toda la sociedad.
De la Bula de convocación del Jubileo Ordinario del año 2025,
Spes non confundit
Materiales para la jornada elaborados por la Conferencia Episcopal: aquí