¿Cuáles son las prioridades y los retos a los que se enfrenta la Vida Religiosa?
Creo que en este momento la principal prioridad es encontrar la mejor manera de articular la relación y coordinación de Confer Bilbao con la diócesis, con Confer Euskadi y Confer nacional y con otras entidades que también aportan mucho a la vida consagrada. Es necesario buscar las maneras más eficientes de llevar adelante en red la tarea de animación.
Creo que otro reto importante es el de la comunicación y la relación con las comunidades. En ocasiones tenemos dificultades para hacer llegar de manera adecuada nuestras propuestas y nuestras informaciones; por un lado, son muchas las informaciones que recibimos y la nuestra es una más; por otro lado, es posible que los cauces más ágiles no sean siempre los más eficaces. A menudo también nos resulta complicado conocer qué esperan las comunidades de Confer Bilbao. Todo ello resta fuerza a nuestra labor animadora.
¿Cuáles son los hitos principales durante este curso?
Se pueden agrupar en tres ámbitos diferentes: Actividades formativas y celebrativas, participación y representación en otros foros y comunicación con las comunidades.
¿Cuál es el músculo de CONFER Bilbao?
En este momento en la diócesis de Bilbao hay en torno a 150 comunidades de vida consagrada (sin contar los conventos de vida contemplativa femenina, que no pertenecen a CONFER Bilbao), unas 100 comunidades femeninas, con un total de unas a 900 religiosas, y unas 50 masculinas, con algo más de 350 religiosos. La disminución de vocaciones ha conllevado, por un lado, la supresión en los últimos años de algunas comunidades, y, por otro lado, un aumento de la edad media de las religiosas y religiosos. Aun así, podemos afirmar que la Vida Religiosa sigue siendo a día de hoy una presencia significativa de Evangelio y de Iglesia en nuestra diócesis. Por un lado, por la labor evangelizadora que desarrolla (en el ámbito social, en el educativo, en el comunitario, a través de la oración…). Hoy sigue estando en vigor la frase de Jesús “La mies es abundante y los trabajadores pocos”, y ante esta realidad es admirable la entrega generosa de las personas consagradas a la misión; seguro que enseguida nos vienen ejemplos concretos de esta dedicación.