“Ya llevamos 5 años en contacto con Itziar, responsable del comedor, que no solo nos enseña las instalaciones, sino que consigue que juntos reflexionemos sobre el proceso de “pérdidas” que han vivido las personas sin hogar y cómo se puede superar esta situación con el acompañamiento que desde Cáritas se les ofrece”, explica el profesorado que acompaña el proyecto.
Este proyecto posibilita al alumnado la opción de aprender varias competencias además de la matemática. “La competencia científica, trabajando los diversos estados de la materia, la temperatura, la energía…”, pero además las competencias transversales como “el trabajo en equipo, la responsabilidad, independencia…”.
Los estudiantes suelen estar muy ilusionados y a medida que se acercan las fechas preguntan por la actividad. “Son ellos los que nos mueven a visibilizar lo pequeño, lo diferente y a vivir en clave de esperanza las dificultades”, rematan.