El lema que ha articulado el desarrollo de la asamblea, dice de las Fuentes, ha sido el texto de 2 Tim 1,6: “reaviva el don de Dios que hay en ti”. En el encuentro, “ha resonado la llamada a profundizar el carisma del Prado: anunciar a Jesucristo a los pobres, desde la cercanía a ellos, y buscando cada día un mayor conocimiento y seguimiento de Cristo; de aquí brota el desarrollo de la misión que compartimos con toda la Iglesia y, especialmente, con el presbiterio de nuestras diócesis, en las que estamos insertos”.
Manu de las Fuentes explica que en Antonio Chevrier, cura francés de mediados del siglo XIX, “nace esta vocación reconocida por la Iglesia, que se significa por un modo original de acercamiento a la persona de Jesucristo por medio de la Palabra, el llamado “estudio de evangelio”. En la asamblea –concluye- hemos escuchado la llamada a practicarlo como la primera tarea pastoral, una experiencia espiritual que nos va formando como discípulos y apóstoles de Jesucristo”.