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21.07.2011

Bermeo celebra «Las Madalenas»

Hoy, festividad de Santa María Magdalena, tal como se viene realizando desde tiempo inmemorial, Bermeo recorrerá los límites del término municipal, que llegan hasta donde caiga la teja que la primera edil arrojará al mar desde una embarcación cerca de la isla de Izaro. Se desconoce el origen cronológico de este ritual, pero se cree que proviene desde los tiempos de la fundación del convento que los padres franciscanos tenían en la isla.

El acto religioso principal actual previo a la visita a la isla, se realiza en la Iglesia juradera de Santa Eufemia, ubicada en el puerto.
La Comitiva municipal de Bermeo partirá desde los soportales del ayuntamiento para asistir a la misa mayor que se celebrará a las 11h. Tras la eucaristía, la comitiva se dirigirá hasta el lugar de embarque para la gira marítima. A lo largo del recorrido, la banda de txistularis entonará el Zortziko de la Magdalena, propio de la Villa de Bermeo.
Iglesia juradera
La iglesia más antigua de Bermeo es también la que más carga simbólica tiene al ser la etapa final, tras Gernika, de la Ruta Juradera de obligado cumplimiento para los monarcas castellanos. Los últimos en acatar los Fueros como premisa para ser reconocida su autoridad en este marco fueron los Reyes Católicos. El templo es de una sola nave con ábside poligonal. Es interesante el sepulcro plateresco de Mendoza de Arteaga.
Convento en Izaro
Los Señores de Bizkaia tuvieron especial devoción por el convento de Izaro. Constan las visitas de Enrique IV (1457), de Fernando «el Católico» (1476) y de su esposa Isabel (1483). Todos ellos otorgaron al convento diversas gracias y favores.
Los frailes de Izaro se alimentaban de frutos que obtenían en la misma isla. Los franciscanos ayudaban a las embarcaciones izando señales y encendiendo fogatas, por lo que mantenían buenas relaciones con los pescadores. En momentos difíciles, los frailes colocaban una enseña blanca en la espadaña del convento para llamar la atención de los bermeanos, que acudían a socorrerles.
Tras algún ataque de los corsarios de la época, los frailes se trasladaron a Forua en 1719, dejando la isla para siempre. El convento se demolió, y construyeron una ermita bajo la advocación de Santa María Magdalena, cuyas ruinas, junto a las del convento, aún se pueden distinguir en la isla, al igual que algunos peldaños de la escalinata que mandó construir Isabel «la Católica».