Cáritas atiende a más de 90 personas solicitantes de protección internacional

¿Personas migrantes o refugiadas?
Tal y como dice la campaña de Hospitalidad y Dignidad no queremos hacer una distinción entre unas y otras, para que no haya personas de primera y de segunda.
Muchas veces las personas son solicitantes de protección internacional y una vez acabado el proceso pueden ser refugiadas, acceder a la protección subsidiaria o se queden en situación de irregularidad. En nuestra base de datos nos constan 90 personas solicitantes de protección internacional, pero el tema es complejo porque hay personas que inician el proceso, y al cabo de un año o año y medio se lo deniegan. Es por esta razón que pueden encontrarse en una situación administrativa irregular, con lo cual esta circunstancia hace que en realidad sean más el número de personas atendidas.
¿Qué tipo de acompañamiento se realiza?
Sobre todo, desde el área de Acción social, porque el sistema de protección para estas personas tiene ciertas deficiencias, por lo que apoyamos a las entidades especializadas en una primera fase, a través de ayudas concretas. En una segunda fase, en pisos de acogida o búsqueda de vivienda, apoyo económico etc. Es decir, aunque existe un sistema de protección propio del estado en las primeras fases, actuamos a nivel subsidiario cubriendo algunas carencias.
¿Cuál es el perfil de las personas que vienen huyendo de situaciones lamentables?
A partir de febrero-marzo de 2016, han llegado unas 30 personas de orígenes muy variados: Méjico, Honduras y bastante gente de Venezuela. Sirios no, pero por ejemplo de Nigeria, sí. Hay conflictos enconados de los que no se habla tanto, pero nos van llegando personas de esos lugares. En algunos casos han solicitado protección internacional y se la han denegado y estas personas terminan en una rueda de irregularidad sobrevenida.
¿Cuál es el mensaje principal del Día?
Tal y como dice el Papa, hay que convertir el reto en oportunidad. Ver lo positivo de la situación y romper miedos, porque al final las políticas que se están desarrollando parece que son porque se tiene miedo a perder la identidad y por esta razón se difunden mensajes que no son reales. Estas personas vienen huyendo de un entorno expulsor, sea el que sea. Si una persona sale de su país, es porque lo que deja atrás es mucho peor. Debemos transformarnos en sociedad de acogida y ver esta realidad como una oportunidad de crecer y ser mejores.