Elena Unzueta, directora de Caritas Bizkaia, y Ana Sofi Telletxea, responsable del departamento de Análisis y Desarrollo, han presentado el informe esta mañana y han explicado que la tarea desarrollada por Cáritas, se ha hecho desde una “intervención que pone a las personas en el centro, basada en los derechos, en la relación y en la transformación personal y estructural, con una mirada que reconoce la complejidad de dada trayectoria vital».
Los rostros de las personas acompañadas
Familias con hijos e hijas a su cuidado, la infancia, adolescencia y juventud. Se constata una brecha generacional que afecta principalmente a la infancia la juventud que pone en riesgo su futuro y por lo tanto el futuro de la sociedad. El 65% de las familias atendidas constituían familias con hijos e hijas, de las cuales casi la mitad fueron familias monoparentales, encabezadas principalmente por una mujer. Se constata la especial situación de riesgo de exclusión en la que se encuentran las mujeres con bajos ingresos, migrantes, con baja cualificación sin acceso al empleo o a empleos precarios y que tienen que afrontar solas el cuidado y la crianza de sus hijos e hijas.
Respecto al origen, un 68% de las personas acompañadas fueron inmigrantes procedentes de más de 100 países, prácticamente la mitad (49%) de Latinoamérica. Las situaciones de irregularidad administrativa afectan al 60% de estas personas imposibilitando su plena inclusión social.
Cáritas Bizkaia, a través del Área de Cooperación Internacional y Migraciones en 2024 colaboró en 16 proyectos de cooperación fraterna en 11 países.
Se acompañó a personas en todas las etapas de la vida: Un 19% de las personas atendidas fueron menores de 18 años y otro 19% jóvenes de hasta 29 años. Más de 6400 personas acompañadas (57% mujeres) se situaban entre los 30 y 64 años y más de 760 personas (76% mujeres) tenían más de 65 años. “Esta diversidad en los perfiles refleja cómo la exclusión social se cruza con el género, la edad, el origen, el aislamiento o la carga de cuidados invisibilizados”, ha apuntado Unzueta.
Situaciones y contextos sociales:
Caritas Bizkaia identifica algunos que han actuado conjuntamente en la vida de las personas acompañadas generando vulnerabilidad y exclusión social:
Acceder y mantener una vivienda estable y digna es “misión imposible”, frustrando las posibilidades de una inclusión plena de miles de familias y generando una profunda desigualdad entre quienes pueden pagársela y quienes no. Unido a la vivienda, el problema del empadronamiento, llave para el acceso a servicios y derechos, ha pasado para muchas personas en situación de vulnerabilidad, de ser un derecho a ser un bien de pago. Una de las manifestaciones más extremas de la imposibilidad del acceso a la vivienda es la situación de las personas sin hogar, quienes además de la exclusión residencial afrontan múltiples dificultades.
Caritas Bizkaia acompañó a más de 800 personas (34% mujeres) con respuestas en al ámbito de la vivienda. Asimismo, se destinaron más de 270.000 € en ayudas económicas para la vivienda y se facilitó que 215 personas accedieran a 61 viviendas gestionadas por la Fundación Eguzkilore. Para responder a las situaciones de exclusión más graves, el Área de Personas Sin Hogar, atendió a cerca de 1.800 personas (9% mujeres) a través del acompañamiento personalizado en sus centros de día, centro de noche y viviendas tuteladas.
La persistencia de las situaciones de pobreza, el desempleo y la precariedad laboral para miles de familias a las que no llegan ni el crecimiento económico, ni el empleo digno, ni las prestaciones económicas. En este sentido, alerta Telletxea que “El empleo ha dejado de ser una vía segura de estabilidad para las familias: contratos temporales, jornadas parciales, economía informal, obstáculos administrativos y falta de protección laboral consolidan un modelo que expulsa a miles de personas de la plena inclusión”.
Compromiso
Toda la acción social de Cáritas Bizkaia no hubiera sido posible sin el compromiso de las 1.761 personas voluntarias (79 % mujeres) y un equipo profesional altamente comprometido. Esta colaboración entre voluntariado y profesionales es la base de un modelo que combina cercanía, cuidado, saber técnico y compromiso sostenido. En 2024 se han incorporado a la entidad 277 nuevas personas voluntarias reflejo de una dinámica de solidaridad que se renueva cada año. El apoyo de las más de 4.400 personas socias y colaboradoras y de las más de 370 entidades jurídicas donantes de Cáritas Bizkaia completan la fuerza y el sostén de quienes hacen posible este proyecto.
