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26.07.2010

Cáritas con Haití

Caritas ha hecho público, hace escasas fechas, un informe en el que detalla sus líneas de trabajo en Haití, tras el terremoto que asoló Puerto Príncipe, su capital y gran parte del país, el 12 de enero de este año. Murieron 200.000 personas y toda la población haitiana puede considerarse damnificada. A diferencia de otras grandes catástrofes que han causado destrucción en diferentes partes del planeta, en este caso, además de los daños personales y materiales, el sistema de gobierno del país ha quedado debilitado, muestra, una vez más, de una vulnerabilidad, que viene de mucho tiempo atrás. Haití es un país castigado por el olvido del mundo, con una historia dolorosa que avala tanto sufrimiento.

El pasado mes de julio, se cumplieron  seis meses desde que tuvo lugar el desastre. Son muchas las cosas que se han hecho, pero muchas más las que quedan por hacer. En Caritas están trabajando para la construcción de un Haití más justo. Esto no sería posible sin la colaboración de todas las personas que han decidido que Haití no volverá a caer en el olvido.
La respuesta de Cáritas ante el desastre humanitario tiene como objetivo prioritario estar presentes entre los damnificados más vulnerables. Las personas preferentemente atendidas por Cáritas han sido las mujeres, los niños, los heridos y discapacitados, los enfermos y los refugiados y desplazados. Y, en todos casos, aquellas a quienes no ha llegado la acción de otras redes y organizaciones. La acción desarrollada por Cáritas para responder a las inmensas necesidades de cientos de miles de damnificados por el terremoto se ha basado en los mismos principios que inspiran a Cáritas en el terreno de la cooperación internacional: Solidaridad con todos los miembros de la red Cáritas, como opción preferencial y evangélica por los pobres y como comunicación cristiana de bienes a través del acompañamiento a las iglesias locales. Subsidiariedad, respecto a la capacidad y autonomía de cada Cáritas miembro y de la iglesia local, en la búsqueda de la armonía y la efectividad de la misión común de la confederación. Fraternidad basada en el respeto entre las diferentes Cáritas y las iglesias locales, y el reconocimiento a sus propias culturas, costumbres, recursos y capacidades y Gestión eficiente, orientada a la búsqueda del beneficio de los más necesitados y basada en los principios de independencia, austeridad y transparencia.
En los primeros momentos de intervención tras la tragedia, se enviaron, de forma urgente, fondos para hacer frente a las primeras necesidades de los damnificados: dos envíos de emergencia de 275.000 euros a una cuenta habilitada por Cáritas Internationalis y 200.000 más a otra cuenta habilitada por Cáritas Dominicana. Sin la coordinación en red, especialmente con la cercana presencia de Cáritas dominicana, hubiera sido imposible llegar tan rápido a socorrer a los damnificados.  Al mismo tiempo, se inició la campaña “Cáritas con Haití” para canalizar la solidaridad de los donantes españoles con los damnificados, entre otras acciones.
Fases de trabajo
La intervención de la red Cáritas en Haití se plantea en tres fases consecutivas, sin interrupciones: desde la atención a la emergencia, se vislumbra ya la recuperación temprana y se planifica la reconstrucción y el desarrollo de las personas y zonas afectadas.  En cada región la realidad de la recuperación es única; por lo tanto, se va pasando de un estado a otro según van evolucionando las necesidades de los damnificados.
Cáritas española destaca en su informe que la sociedad ha respondido una vez con masiva generosidad al llamamiento de ayuda lanzado para aliviar a los damnificados del terremoto a través de la campaña “Cáritas con Haití”.  Hasta la fecha, estos son los fondos aportados tanto por donantes privados como por empresas y entidades públicas a la citada campaña, a través de las cuentas habilitadas por Servicios Generales de la Confederación y por las que han puesto a disposición de esta emergencia las 68 Cáritas Diocesanas de todo el país. Donativos privados: 11.722.917 euros; Empresas 2.377.000  euros; Fondos aportados a través de las Cáritas Diocesanas 11.731.149 euros; Subvenciones públicas aprobadas: 865.854 euros lo que han hecho un total de 26.696.920 euros hasta la fecha actual. Pero la implicación de la población y la animación de las Cáritas diocesanas y parroquiales no se han limitado a la recaudación de fondos. Cabe destacar que han sido muchas las iniciativas de distinta índole que se han celebrado. La situación vivida por el pueblo haitiano ha motivado a muchos conocer la realidad de este país, su historia y costumbres, por lo que se han organizado charlas y conferencias con carácter local. Pero también han sido muchas las comunidades que se han reunido para rezar y trascender la solidaridad al ámbito espiritual. 

Haití necesita todavía mucha ayuda.