27-11-2024 Miércoles, XXXIV semana - tiempo ordinario
Bizkeliza 5 Portada 5 «Cita Social” de enero
19.12.2013

«Cita Social” de enero

Tal como se hizo el curso pasado con la Cita Conciliar, desde comienzo de curso el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral junto a la delegación de Caridad y Justicia, han puesto en marcha una iniciativa por la que mes a mes presentan diferentes textos para difundir la Doctrina Social de la Iglesia (DSI). Por medio de unas fichas, las personas interesadas en los pronunciamientos de la Iglesia en materia social pueden reflexionar y dialogar sobre el tema.

La ficha de enero, la cuarta ofrecida en este curso, se fija en diferentes textos de la DSI, entre ellos se encuentran: Caritas in Veritate (CV). Carta encíclica sobre el desarrollo humano  integral en la caridad y en la verdad. Benedicto XVI. Nº 63: Pero ¿qué significa la palabra “decente” aplicada al trabajo? Significa un trabajo que, en cualquier sociedad, sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer: un trabajo libremente elegido, que asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; un trabajo que, de este modo, haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación; un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias y escolarizar a los hijos sin que se vean obligados a trabajar; un trabajo que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su voz; un trabajo que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual; un trabajo que asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación.
Evangelii Gaudium (EG). Exhortación apostólica sobre el anuncio del evangelio en el mundo actual. Francisco. Nº 53: Así como el mandamiento de “no matar” pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir “no a una economía de la exclusión y la inequidad”. Esa economía mata. (…) Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del “descarte” que, además, se promueve. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son “explotados” sino desechos, “sobrantes”.