La Novena se celebra en las misas diarias a las 11:00 y 19:00 horas de lunes a viernes, mientras que los domingos y festivos los oficios serán a las 10:00, 12:00, 13:00 y 19:00 horas. Sin embargo, el día grande, el 15 de agosto, el templo acogerá un total de 15 eucaristías, comenzando a las 4:00 de la madrugada.
Una novedad: el Rosario de la Aurora
Este año, Ignacio Fernández, párroco del santuario, anuncia que habrá una novedad: «tras la misa de las 8:00 de la mañana, saldremos en procesión a rezar el Rosario, acompañados por la Hermandad de Begoña«. El acto concluirá en el santuario. Como es habitual, numerosos fieles llegarán a pie desde distintos puntos de Bizkaia para participar en la primera misa del día. Se trata de una muestra de devoción que convierte esta festividad en una de las más significativas de la provincia, especialmente en Begoña, donde reside la patrona de Bizkaia.
Los mantos de la Amatxu
La Virgen de Begoña luce en estas fechas su manto blanco, reservado para la Asunción, al igual que sus coronas. Sin embargo, a lo largo del año, la imagen cambia de vestimenta según la celebración. El terciopelo rojo se utiliza en Pentecostés y el azul, en la Inmaculada Concepción. Aunque muchos devotos consideran que el «verdadero» manto es el que aparece esculpido en la imagen original, la tradición de revestir a la Virgen y al Niño se remonta al menos al siglo XIII. Sin embargo, se considera que, en Begoña, comenzó en el XVI, tal y como consta en los inventarios de la época.
Historia de las coronas
Las coronas que portan las imágenes durante las grandes festividades tienen su propia historia. La de la Virgen fue donada por doña María Aguirre, una devota feligresa, mientras que la del Niño se financió mediante suscripción popular. El orfebre también elaboró un cetro, aunque este no se exhibe, ya que la actual imagen de la Amatxu sostiene una manzana en su mano derecha. Se cree que en origen portaba una flor, que aún conservaba en el siglo XVIII, pero fue retirada en algún momento.
Con siglos de historia, la Novena de Begoña sigue siendo un testimonio vivo de la fe y la tradición que unen a los vizcaínos en torno a su patrona. Una celebración que, año tras año, renueva el fervor mariano en el corazón de Bilbao.