El órgano de la parroquia de Las Mercedes es el que fabricó e instaló “OESA” (Organería Española S.A) en el Teatro Real de Madrid en 1966, y que permaneció allí dando innumerables conciertos, hasta que en 1987 se trasladó e instaló en el templo de Las Mercedes ya que el Teatro Real ampliaba su escenario para convertirse en un teatro para la Ópera.
El órgano dispone de 5.305 tubos entre los de madera, estaño, latón y cobre, lo que hace que el sonido llegue a través de cuatro teclados de 56 notas cada uno además de un pedalero de 32 notas. Acaba de ser restaurado el pasado mes de febrero pasado, por los propios técnicos que lo desmontaron en Madrid y lo montaron en Las Arenas. Concretamente se han restaurado los secretos, la tubería, la consola, la transmisión y los acoplamientos, quedando pendiente para un futuro la revisión de los cinco fuelles (ya que dispone de un fuelle independiente para cada teclado y pedalero), con sus clásicos problemas de conservación de las pieles resecas y algunas ya con principios de agrietamiento. La parroquia cuenta, además, con otro órgano Hammond llegado desde Chicago en 1947.
Historia de los órganos:
El Órgano ya existía como instrumento musical en la cultura de los griegos y romanos, y funcionaba con sistemas hidráulicos o neumáticos, si bien la Iglesia adaptó este instrumento a sus ceremonias religiosas a lo largo del siglo VII.
Así y hasta el siglo XIII funcionaron los dos sistemas citados, y es a partir de esta época cuando se abandona el sistema hidráulico, y se desarrolla el neumático en los siglos siguientes hasta llegar al XVI. A partir de aquí, ya se empiezan a construir órganos en grandes dimensiones e incluso se les añade el teclado pedalero. A lo largo del XIX se perfeccionan gradualmente hasta el punto de alcanzar un solo órgano la extensión de diez octavas con cinco teclados.
Pero el órgano como instrumento en los templos no se desarrolla hasta las últimas décadas del XIX con la aplicación de la electricidad y perfeccionamiento de fuelles, siendo en esta época cuando se generalizan sus talleres bajo la influencia de los llamados órganos románticos franceses, destacando las fabricaciones y talleres de las acreditadas casas como Cavaillé Coll y la de Henri Didier.