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12.08.2013

“Contamos con unos instrumentos magníficos”

Benantzi Bilbao es el director artístico del festival de órgano `Urdaibaiko Organoak- Joxe Mari Eguileor´ desde sus inicios, hace una década. El ciclo ha entrado en su recta final ya que los dos últimos conciertos se celebrarán mañana, día 14 y en la festividad de la Asunción de María, día 15, en Arteaga y Mundaka, respectivamente. Benantzi realiza una valoración muy positiva de los conciertos ya que, a pesar de la crisis, “ha acudido más gente y los profesionales son de una calidad extraordinaria”.

¿Se han conseguido los objetivos marcados, hace diez años, con el Festival?
El festival nació por la preocupación del estado de los órganos de la comarca. Por suerte o por desgracia, vivo a mil kilómetros de mi localidad natal, Mundaka y, a veces, las cosas se ven mejor desde la distancia. El objetivo fue que los órganos de la comarca fuesen restaurados y que sonaran al menos una vez al año. La realidad actual es que, después de diez años, se han restaurado al menos media docena de instrumentos, lo cual es impresionante porque estamos hablando de presupuestos astronómicos. Son grandes presupuestos para pueblos y parroquias pequeñas. Además en nuestra comarca hay instrumentos realmente importantísimos.  Por ejemplo, el órgano de Ibarrangelu tiene en su interior un piano y sólo hay tres de este tipo en toda España y ninguno en el resto de Europa. Es un patrimonio muy valioso que debemos cuidar.
¿Quedan aún algunos órganos que necesiten reparación en la zona?
En Bizkaia solo hay siete instrumentos barrocos. El que se encuentra en la iglesia de Muxika está mudo y es un instrumento de una importancia muy grande. Es, curiosamente, el único instrumento de toda la provincia que está en transición del barroco al romanticismo. La parroquia es pequeña y aunque se debería intentar restaurar, es bien complicado. Otros instrumentos, como el de Nabarniz o el de Elantxobe, están también en mal estado.
¿Ha cambiado el perfil del público durante esta década?
Curiosamente lo que comenzó como un acto cultural se ha convertido también en un acto turístico ya que además de tener buenos instrumentos, disponemos de preciosas iglesias y unos paisajes maravillosos en un entorno natural privilegiado. Y ¡qué vamos a decir de la gastronomía! Hay un grupo importante fijo de personas, alrededor de 75 u 80  vienen a todos los conciertos. Además hay gente foránea que viene de toda Euskadi y esto indica que nuestro festival tiene una entidad muy importante.
En este décimo aniversario han realizado un esfuerzo importante por invitar a intérpretes de Euskadi y combinar instrumentos de viento con los órganos. ¿No se han puesto el listón muy alto para próximas ediciones?
Habrá que reinventarse. Veremos qué hacemos el año que viene. Probablemente habrá que recordar algún compositor. Este año hemos traído a Giuseppe Verdi en el bicentenario de su nacimiento. Lo importante es que los instrumentos se mantengan y que los municipios y las parroquias sean conscientes de lo que tienen. Hay que mentalizarse que realmente lo que tenemos es muy importante.