La parroquia Cristo Rey ha sido el tercer templo ubicado en los bajos de un edificio que se ha cerrado en Bilbao tras la supresión de las Nieves, en Rekalde y San Miguel Arcángel, en Uribarri.
El cierre, motivado principalmente con el objetivo de adecuarse con más eficacia a las necesidades actuales, tuvo lugar hace cuatro meses. Desde entonces la feligresía ha celebrado culto en los templos próximos de la Unidad Pastoral: en el Carmen y la Inmaculada.
Esta semana se está desmantelando el retablo principal y los dos Vía Crucis que estaban situados a ambos lados. Las piezas de cerámica del retablo mayor y de los Vía Crucis laterales, se llevarán al almacén diocesano ubicado en el antiguo seminario de Derio, hasta encontrar una ubicación mejor. Las demás piezas ornamentales y litúrgicas han tenido diversos destinos. El Sagrario estará ubicado en un lugar visible en la iglesia de la Inmaculada. La imagen de la Virgen se ha colocado a la entrada de la iglesia del Carmen y el coro parroquial de la iglesia de Akorda hará sonar el órgano electrónico en la misa de este próximo domingo.
Venta del templo
El templo y sus locales formaban parte de un edificio industrial, donde durante los últimos años se han realizado obras que han supuesto un quebranto económico considerable para la parroquia, al ser propietaria del 22,06% de la construcción. El vicario territorial Antón Rey, señalaba en una entrevista que en noviembre, el descubierto ascendía a más de 14 mil euros y que «a finales de curso se añadirían 34.545 €». Ante esta situación, una de las posibilidades que se barajó tras el cierre del local fue la de venderlo para hacer frente a las deudas contraídas. Finalmente, esta opción se materializará próximamente, ya que se ha suscrito un preacuerdo de venta del local.
En caso de que definitivamente se lleve a cabo la venta, una parte de los fondos obtenidos se destinará a sufragar la deuda de la parroquia; otra se dedicará a proyectos que decida asumir la feligresía y un tanto por ciento, que aún está sin determinar, tendrá el destino que considere el Consejo Episcopal.