La conferencia de ayer se enmarcaba en el Día Internacional contra la Trata de Mujeres, celebrado el pasado 8 de febrero y estuvo organizada por el área de Migraciones, de la Delegación diocesana de Caridad y Justicia. Marije Calvo, responsable de este área, presentó a la ponente, que trabaja desde hace más de 25 años en el barrio de San Francisco y también colabora con en la Mesa de Migraciones.
La ponente se refirió a la prostitución ejercida por mujeres «como base sobre la que se sustenta el delito de trata con fines de explotación sexual».
Del Pozo defendió que en la lucha contra la trata de seres humanos «no sobra nadie» en la medida en que «nos podemos estar perdiendo en ideologías y las mujeres pueden quedar en tierra de nadie, que tampoco es tierra de nadie, sino una tierra que puede ser ocupada por aquellos que las explotan» .
Dijo que es de suma importancia distinguir lo que es delito de lo que no lo es ya que existen muchas ideas preconcebidas en torno a la prostitución. «Todo se confunde, prostitución, trata, trafico, explotación sexual…». La prostitución en sí, en España no es ilegal. España es firmante del convenio abolicionista de Naciones Unidas de 1949, en el que no se penaliza la prostitución. Sí son delitos la trata de seres humanos, que está recogida en el artículo 177 bis del código penal; el tráfico, que es un delito contra las persons, el tráfico ilícito de inmigrantes, la coacción e inducción a la prostitución y la explotación sexual. Estos son los delitos.
¿Qué es la prostitución? Del Pozo insistió nuevamente en la cantidad de ideas preconcebidas sobre este tema «es desconocida y es criticada, es utilizada y es rechazada es invisible y es real y, desde luego, siempre interpelante». También dejó claro que no todas las personas que ejercen la prostitución son víctimas de trata y que hay personas que la ejercen sin coacción de terceros.
Explicó que hay un elemento común en las víctimas de trata, que es la fuerte y urgente necesidad económica y falta de oportunidades que viven. «Cualquier persona que se encuentre en una situación de vulnerabilidad puede ser víctima de trata».
Habló en todo momento desde el respeto más absoluto a esas mujeres, a las que hay que ayudar. «Tu no eres responsable, no te ha pasado a tí sola (colectivización del problema), tú puedes y eres mucho mas de lo que te ha pasado». Dijo que la mujer se tiene que sentir segura y que hay que respetar sus silencios y lo que cuentan «(yo sí te creo)» .
Concluyó dedicando la intervención a las mujeres con las que han colaborado y colaboran, «con quienes tanto hemos aprendido», nombrando a muchas de ellas por su nombre. Les dedicó unas palabras de Natalie Barney: «Ellas que han tenido el coraje de rebelarse a cualquier edad. Son las que hacen posible la vida, son las rebeldes quienes amplian las fronteras de los derechos. Poco a poco quienes estrechan los cofines del mal y los reducen a la inexistencia» e hizo referencia «a las que son víctimas identificadas y han sido y son capaces de decir: Yo te acuso y ayudan a reducir el mal. Para ellas el agradecimiento».
