La nueva responsable de Migraciones, Chukirawa Mera, presentó a los tres participantes; Txetxu Filgueiras, Educador Social, que trabaja en Cáritas como coordinador de los hogares de acogida de Cáritas; y Youssef y Mohamed, jóvenes de 23 y 21 años de edad de origen marroquí, vinculados desde hace tiempo al programa Gaztelduak de la Fundación Ellacuria.
Youssef recordó que llegó con 17 años, tras varios intentos nulos. Vino a Bilbao y fue a un centro de menores; a pesar de la barrera del idioma, reconoció que “cuando ves a personas que te quieren ayudar, te sientes mejor, con ganas de seguir adelante”.
Mohamed también reconoce que sucumbió al sueño de que “en España hay mucho trabajo” y decidió atravesar la frontera, pero le pillaron. Luego le llevaron a un centro y con la mayoría de edad recaló en el proyecto Hemen. Ahora estudia para encontrar un trabajo “y mejorar las cosas”.
Una realidad cercana pero poco visible
Chukirawa enmarcó el encuentro en “poner el foco en una realidad poco visible” la de los menores migrantes, y ofreció diversos datos, como la desaparición de diez mil menores refugiados en Europa, y en España más de trescientos menores migrantes se encuentran en paradero desconocido. Y recordó que los Evangelistas “nos recuerdan una enseñanza de Jesús: acoger, acoger sobre todo a las personas más vulnerables”. Especialmente en las criaturas más indefensas; los niños y niñas migrantes: “ser capaces de escuchar su grito, su clamor y devolverles la voz. Para que resuene en nosotros el sonido de la esperanza”
Txetxu Filgueiras recordó diversos aspectos de su trabajo diario como trabajador social y coordinador de los hogares de acogida de Cáritas, con menores en situación de tutela o guarda. “Son vulnerables todos” destacó, sobre todo por la “mochila” que llevan ya a cuestas en su vida. Filgueiras recordó que “el sistema se esfuerza en que sus derechos estén protegidos” pero aún así reconoció que “es un reto cada día, cada niño y cada niña; la esperanza es el sentido a nuestro acompañamiento”. Txetxu también aseguró que uno de cada tres niños con los que trabajan entrarían en la denominación de migrantes, aunque dentro de los hogares no hay diferencias entre los niños y niñas; “lo afectivo está muy desestructurado, muy dañado, y eso no tiene fronteras”.
Belén Rodero, delegada de Caridad y Justicia, clausuró el acto agradeciendo los tres testimonios compartidos; “ha puesto un rostro muy cercano y próximo a ese lema que la Iglesia quiere impulsar esta semana” porque, destacó, hay “una mirada que no alcanzamos a ver, que es la de los menores”.
13.01.2017
“Cuando ves a personas que te quieren ayudar, te sientes mejor”
Este es uno de los testimonios escuchados ayer en Barria, en la mesa redonda organizada por la Delegación de Caridad y Justicia (Migraciones), con motivo de la Jornada Mundial de las Migraciones, este próximo domingo 15 de enero, que tiene por lema “Menores migrantes, vulnerables y sin voz. Reto y esperanza”.