El acto homenaje, en el que participó el obispo de Bilbao, el obispo de Vitoria y los obispos eméritos D. Juan María Uriarte y José María Setién, se realizó en el Hostal Santuario `Lagunetxea´. Allí, además de los familiares y amigos de D. Víctor se reunieron algunas personas que estuvieron junto a él en tierras de misión. También participaron en el acto los actuales compañeros de la comunidad de Urkiola como son el mismo rector Josu López Villalba o Joseba Legarza, quien ha compartido muchos de los últimos 32 años junto a él.
Joseba le describió como una persona “humilde, reflexiva, poco locuaz, pero de una dicción brillante”. El obispo emérito dedica mucho tiempo a la oración y es muy amante del silencio y de la soledad. Eso sí, aunque disfruta de las tertulias con sus familiares y amigos, no es muy amigo de los homenajes; aunque ayer pudo comprobar el cariño que le profesa mucha gente.
En la eucaristía posterior al homenaje, presidida por el obispo de Bilbao, concelebraron el mismo homenajeado; el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla; el de Vitoria, Miguel Asurmendi y el obispo emérito D. Juan María Uriarte.
Retazos de una vida fructífera
D. Víctor Garaigordobil nació hace 98 años (17-10-1915) en el caserío Amaitermin (Abadiño). Se ordenó presbítero hace 70 años y recibió la ordenación episcopal en la catedral de Babahoyo (Ecuador), el 30 de enero de 1964.
Durante la guerra civil estuvo de camillero en varios lugares como Santander, Oviedo, Teruel, Lérida y Cuenca. En cuanto terminó la guerra y volvió a casa ingresó en el seminario de Vitoria. Una vez ordenado cura (27-6-1943), le trasladaron a la parroquia de San Pedro, de Deusto. Estuvo allí durante dos años y posteriormente, tras ejercer de formador en el Seminario de Vitoria, fue a Ecuador como misionero.
Permaneció en tierra de misión durante 34 años y formó parte de los primeros ocho misioneros que salieron en octubre de 1948 desde Euskadi a Ecuador. Este fue el origen de las primeras Misiones Diocesanas. Su opción preferencial por los pobres marcó su tarea en Ecuador. Ha destacado siempre por su carácter humilde y es por esto que aceptó su nombramiento como obispo siempre y cuando lo fuera “como miembro del grupo misionero vasco”.
En 1982, cuando D. Víctor consideró que el grupo de misiones de las tres diócesis vascas no le necesitaba, presentó su renuncia a Juan Pablo II. Una vez en Bizkaia, solicitó al obispo D. Luis María Larrea que le encomendara tareas pastorales.
El obispo de la txapela
Pocas veces se le ha visto con los atuendos episcopales porque con lo que de verdad se siente cómodo es con la txapela. Por eso le regalaron una en el homenaje que le brindaron ayer. Es uno de los pocos padres conciliares que se mantiene con vida. Participó en la última sesión del Concilio Vaticano II con dos intervenciones: una sobre Misiones Diocesanas y otra, sobre la necesidad de un Consejo que ayudara al obispo diocesano en la toma de decisiones.
30.04.2014
D. Víctor Garaigordobil: 50 años como obispo
El santuario de Urkiola y sus alrededores fueron ayer, como cada 1 de mayo, el lugar de encuentro de la familia de Misiones Diocesanas Vascas. La reunión de este año tuvo un significado especial ya que se homenajeó a D. Víctor Garaigordobil quien este año celebra dos aniversarios: 70 años de sacerdote y 50 años desde su ordenación episcopal en Ecuador.