Fueron muchas las personas que quisieron participar en la celebración del acto de clausura del medio siglo de vida del centro diocesano de educación integral. Se recordó el gran trabajo de D. Diego porque “la Escuela no se puede entender sin él”, dijo el director Javier Laiseca en su presentación, quien recalcó que “apostó por la educación en un barrio que carecía de recursos educativos”.
La gran intuición de D. Diego fue la de querer dignificar a la persona y otra la de la formación individualizada. Laiseca narró alguna de las vivencias con el presbítero, que no pudo acudir al acto por encontrarse delicado de salud, “decía que a cada cual debía dársele la formación necesaria en función de sus potencialidades”. Laiseca destacó que D. Diego se entregó al barrio “siempre atento a sus necesidades”. El presbítero Txomin Bereciartua recalcó varias cualidades de D. Diego que resumió en una frase: «Diego es una persona con alma».
El obispo, en alusión al aniversario del Centro Formativo, recalcó que “esta escuela contribuye al bien común. El centro de su tarea son las personas”, y sobre D. Diego dijo que “amaba a las personas y que tenía una manera de ver las cosas de un modo nuevo. Para él nadie era descartable y la educación saca lo mejor de personas”.
05.11.2015
Diego Berguices, una persona con mucha alma
Fue uno de tantos merecidos halagos que dirigieron ayer al fundador del Centro Formativo Otxarkoaga, en la clausura de los actos del 50 aniversario. La celebración, presidida por el obispo de Bilbao, tuvo emotivos recuerdos al trabajo y al servicio a favor del barrio que realizó Diego Berguices desde el año 1961. El presbítero Txomin Bereciartua, quien compartió la experiencia con Berguices, alabó su figura y rememoró aquélla época con una gran lucidez.
