La oposición ha ganado unas históricas elecciones, sin embargo, los obispos del Congo desconfían de los resultados ¿Qué está ocurriendo?
Es una cuestión controvertida. La comisión nacional independiente encargada de la organización de las elecciones (CENI) publicó ayer, 10 de enero, el resultado de las elecciones que tuvieron lugar el 30 de diciembre 2018, con dos años de retraso. Según la CENI, ganó las elecciones un candidato de la oposición Felix Tshisekedi Tshilombo, hijo del difunto Etienne Tshisekedi, oponente histórico del Congo desde el tiempo del antiguo presidente Mobutu. La Iglesia, la Conferencia episcopal del Congo, que juega un papel importante por sus mediaciones, ha hecho una declaración diciendo que los resultados proclamados no son conformes a los resultados recogidos de diferentes centros de voto. El episcopado del Congo es un contrapeso de un poder político que es todo, excepto democrático.
Según muchas fuentes nacionales e internacionales, la gente votó masivamente por el otro candidato de la oposición. Ha habido 9 muertos en los disturbios. De momento, el candidato Martín Fayulu tiene 10 días para presentar sus quejas a la corte constitucional, todavía no sabemos si lo hará o no. Y no sabemos lo que nos reservan los próximos días.
Una tierra con muchas riquezas y millones de pobres. ¿Quién o qué hay detrás?
El Congo tiene más de 80 millones de población y la mayoría vive en condición de pobreza a pesar de las innumerables riquezas de su subsuelo. El Congo puede ser mejor que lo que es ahora. Eso exige que los responsables busquen primero el bien de los pueblos y que las multinacionales lo dejen en paz. Este pueblo ha sufrido y sufre mucho por la única culpa de tener tantas riquezas bajo su suelo. Si tienes un móvil, llevas el Congo contigo. ¿Hace falta matar siempre a los inocentes para sacar las materias primas? El Congo necesita a los inversores para su desarrollo y el bienestar de su pueblo, pero no necesita a las empresas asesinas que quieren sacar todo gratis sacrificando a los dueños.
Este domingo celebraréis un encuentro de la comunidad africana en Bizkaia. ¿Cuál es el principal objetivo?
Es una comunidad joven que estamos intentando formar bajo el impulso del departamento de pastoral de inmigración de la Diócesis de Bilbao. Muchos países africanos, sobre todo de África subsahariana, son países cristianos y católicos. Ahora estamos frente al fenómeno migratorio, el flujo migratorio a Europa y aquí en Bilbao. Cada inmigrante que llega, lleva con él todo su ser. Sin embargo, nos hemos dado cuenta, de que muchos de nuestros hermanos africanos, al llegar aquí dejan un poco aparte esta dimensión religiosa o cambian de orientación religiosa debido a muchos factores. Nuestro objetivo es precisamente despertar en ellos esta llama de fe, en nuestro contexto, de fe católica que traen de África y que llevan por dentro para que no se apague y siga alumbrando en las comunidades parroquiales de Bilbao donde se encuentran cada uno en su rincón.