IRAKURTZEA: la Biblioteca como ventana abierta a todo tipo de lectura. En la Biblioteca diocesana, una ventana abierta a la teología, a la historia propia, a las vidas de santas y santos y de grandes personajes históricos, a la catequesis y al estudio bíblico, a la piedad popular, al patrimonio bibliográfico transmitido desde hace cinco siglos. Y adaptándose a las nuevas maneras de llevar el libro más allá del espacio físico de la biblioteca e incrementando el catálogo con la mediateca, con vinilos…
IKASTEA: la Biblioteca quiere ser un espacio de aprendizaje a todos los niveles, que va más allá del individual, sino que quiere estar abierto a la sociedad, interactuando con colectivos de Iglesia y de barrio, “con el objetivo que la ciudadanía pueda acercarse también a nosotros, -señala Jaime López Eguilaz, desde la Biblioteca Diocesana- que somos Iglesia y que pretendemos ayudar en la evangelización desde la cultura, poniendo a disposición de la misma lo que ha sido recibido, custodiado desde hace siglos”.
DESKUBRITZEA: No solamente la Biblioteca es lugar de aprendizaje, pretende también en su función, con humildad, ayudar al enriquecimiento personal, generando nuevos puntos de vista, nuevas ideas que surgen tras el estudio y el contacto con otros grupos. “Queremos –explica Jaime– ser lugar que conecte con otras personas de la comunidad, para lo cual queremos ir abriendo espacios y dinámicas de encuentro y diálogo. Caminamos con los recursos de que disponemos hacia ello sabiendo que, sumando sinergias y capacidades, se hace más sencillo”.
En este objetivo de seguir sirviendo de biblioteca patrimonial y poder poner a disposición más fondos, desde la Biblioteca destacan dos recogidas de fondos importantes recientemente realizadas, junto a Anabella Barroso, directora del Archivo Histórico Eclesiástico:
- Legado de D. Teodoro Jiménez Urresti ubicado en Olias del Rey (Toledo). Sacerdote diocesano que participó en el Concilio Vaticano II. “Un fondo documental, -indica Eguilaz– en el que hemos recuperado algunos documentos de la época de don Pablo Gúrpide, y bibliográfico voluminoso (34 cajas grandes) y de importancia notable en todo lo relativo a la época en que le tocó vivir, y a su participación en el Concilio, en especial, en lo relativo a la Declaración “Dignitatis Humanae” sobre la libertad religiosa, además de ser especialista en Derecho Canónico, así como volúmenes para el fondo antiguo”.
- Donación de parte de la Biblioteca de Mons. Ricardo Blázquez, obispo de Bilbao entre los años 1995 y 2010. Eguilaz y Barroso se desplazaron a Valladolid, a recoger gran parte de su biblioteca, “cumpliendo su deseo de que sus libros (numerosos y valiosos para nuestra biblioteca), pudieran quedar en aquellas diócesis con las que ha tenido especial relación. Fundamentalmente de materias de Teología Dogmática en varios idiomas, Historia de la Iglesia y de las Diócesis españolas, hagiografías y biografías y estudios relativos a la presencia de la religión en la sociedad del siglo XXI. (33 cajas grandes)”.
Jaime López Eguilaz resalta que comparten el lema de este día, de leer, aprender y descubrir, “para buscar nuevas formas de gestión, conservación y difusión de nuevos tipos de formatos que nos obligan a trabajar en equipo y de forma interdisciplinar”.