En el mensaje para este día los obispos expresan con preocupación que hay una sensación general de impotencia frente a la realidad socioeconómica que a menudo acaba por aplastar a las familias “Con frecuencia, -indican en su texto- las familias se sienten abandonadas por el desinterés y la poca atención de las instituciones. Las consecuencias negativas desde el punto de vista de la organización social son evidentes: de la crisis demográfica a las dificultades educativas”.
Una casa es el hogar
Los obispos defienden que el hogar “proporciona comunidad y seguridad. Así -dicen- la imagen de la casa expresa la oposición al abandono, a la soledad que amenaza a tanta gente hoy. En la era de los medios de comunicación, en la que nadie parece estar solo, sino siempre conectados, es precisamente esta cooperación universal del yo con el tú, de corazón a corazón: el encuentro mediático reduce las distancias entre nosotros, pero al mismo tiempo nos aleja de la proximidad personal más cercana. La casa, por otro lado, muestra la verdadera convivencia, en la que trabajamos juntos, nos sentamos a la mesa, saboreamos la alegría y el dolor”.
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