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25.08.2018
Eucaristía en Dublín abordando el escándalo de los abusos

El obispo de Bilbao pide estar junto al papa ante «estas circunstancias difíciles y complicadas en la Iglesia»

Hoy por la mañana el obispo de Bilbao ha presidido la eucaristía concelebrada por el arzobispo de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez; el obispo de Getafe, Ginés García Beltrán y el obispo auxiliar de Pamplona, Juan Antonio Aznárez en la iglesia de la Inmaculada Concepción de Dublín, con los fieles de las diversas diócesis españolas que han acudido a participar en el Encuentro Mundial de las Familias. En su homilía Mons, Iceta ha destacado que este viaje no es fácil para el papa por las circunstancias “difíciles y complicadas” de la propia Iglesia y ha pedido a los fieles sostener al papa “como lo hicieron los apóstoles con Pedro”. Les ha socilitado que oren por Francisco, por la Iglesia y porque la situación “nos haga crecer en deseo de santidad”.

Unas 700 personas, entre ellas la delegación que partió de la Diócesis de Bizkaia a Dublín, han participado en la eucaristía que ha tenido lugar esta mañana en la capital irlandesa. Mons. Mario Iceta ha finalizado su homilía dirigiendo unas palabras de aliento hacia el papa, que ha llegado unas horas más tarde. En la primera parte de la homilía ha destacado la importancia del matrimonio que “es una experiencia de un amor que hace crecer al otro” y, de la familia que “es fuente de esperanza” para esta sociedad.

Encuentro Familias Dublín

Primeras palabras del papa

En el primer discurso en Irlanda, el papa además de abordar el motivo de su viaje, se ha referido al tema de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia, al desafío de la migración y a la cultura del descarte que “nos ha hecho cada vez más indiferentes ante los miembros más indefensos de la familia humana”, incluso los no nacidos.

Sobre el escándalo de los abusos sexuales por parte de miembros del clero que causó tanto dolor en la Iglesia Irlandesa, ha reconocido que “el fracaso de las autoridades eclesiásticas —obispos, superiores religiosos, sacerdotes y otros— al afrontar adecuadamente estos crímenes repugnantes”, “ha suscitado justamente indignación”, y que “permanece como causa de sufrimiento y vergüenza para la comunidad católica”.
“Yo mismo comparto estos sentimientos”, ha afirmado para recordar las medidas tomadas por su predecesor, el Papa Benedicto.