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17.12.2010

El Obispo presidirá las celebraciones de Navidad y la Familia

Mañana día 25, solemnidad de la Natividad del Señor, mons. Iceta presidirá en la Catedral de Santiago, a las 12 del mediodía, una misa pontifical en la que impartirá la bendición apostólica. Igualmente, presidirá la Misa por la Familia, pasado mañana domingo 26, a la misma hora, también en la Catedral.

Mons. Mario Iceta en su mensaje de Navidad, destaca que el tiempo de Adviento es tiempo de esperanza y nos invita a celebrar con gozo el nacimiento de Jesús. Algunos pueblos preparan la llegada con unos días de antelación y el obispo recuerda especialmente sus años de niñez y juventud. «En Gernika, las noches serenas y silenciosas de esta semana son iluminadas por el canto antiguo y siempre evocador de los Marijeses».
El obispo recomienda no caer en gastos desmesurados escapando de «los reclamos del consumismo, del derroche insolidario o del despilfarro sin sentido», porque es eso lo que distorsiona «una celebración que evidencia la humildad del Hijo de Dios, la pobreza de su nacimiento, el amor en la sencillez y la mansedumbre que se respira en el portal de Belén».
Crisis, soledad y familia
En el mensaje de Navidad, Mons. Mario Iceta recuerda especialmente a los que sienten el azote de la crisis invitando a la austeridad y a la generosidad, ya que ,» de este modo, viviremos una Navidad mucho más auténtica y mucho más profunda que inundará nuestros hogares y nuestros corazones de un gozo y una paz que son el sello de Dios».
Por otra parte, el obispo de Bilbao recuerda en su mensaje a los que están solos y viven en desgracia: «sintámonos enviados por Jesús a los lugares de sufrimiento, también más allá de nuestros propios límites».
Por último, el mensaje de Navidad,  hace mención a la importancia de la familia ya que «el hogar, es el lugar donde somos reconocidos y amados como somos. Cuidemos de este maravilloso don. Ayudemos a las familias que atraviesan dificultades. Cuidemos así mismo de quienes pasarán estos días en la soledad o en la enfermedad. La Iglesia es siempre una familia de familias».