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09.05.2018
Testimonio de un sacerdote católico iraquí en Bilbao

El Padre Nuestro en arameo

Ayer, invitado por la Fundación Pontificia `Ayuda a la Iglesia Necesitada´, el sacerdote católico Naim Shoshandy contó el sufrimiento que están padeciendo los católicos en Irak. Relató su testimonio para que el mundo sepa cuál es la situación de los más de 120.000 cristianos que tuvieron que huir de Mosul en verano de 2014. Acompañó el testimonio con fotografías que mostraban el éxodo. Enseñó la imagen de una Virgen y una cruz de madera, representando la fe por la que dijo "no tenemos miedo a morir". Finalizó su intervención cantando el Padre Nuestro en arameo, la lengua de Jesús y la que aún utilizan en algunas liturgias.

Naim Shoshandy nació en Qaraqosh, a 32 kilómetros de Mosul, en la región conocida como llanura del Nínive, en el norte de Irak.

El menor de cinco hermanos. Su familia vivió la violencia de Daesh (Estado Islámico) y el yihadismo. Su hermano Raid fue asesinado en Mosul cuando tenía 26 años, «por ser cristiano», señaló. En agosto del 2014, toda su familia tuvo que huir de Qaraqosh ante el avance del Daesh y la amenaza de muerte contra los cristianos. Él y sus feligreses huyeron a Erbil, capital de la vecina región del Kurdistán iraquí. Vivieron como desplazados en varios campos de acogida en Ankawa, barrio cristiano de Erbil. Allí ha realizado su labor pastoral en la iglesia de Santa Shamony y ha coordinado el programa de ayuda para tratamiento de enfermos de cáncer en la Clínica local. Se ordenó sacerdote en 2013 y sirvió como vicario parroquial en la parroquia de San Jorge de Bartella (Llanura de Nínive) y en la catedral de la Inmaculada Concepción de Qaraqosh.

En la actualidad se encuentra en España realizando la Licenciatura en Teología del Matrimonio y la Familia del Pontificio Instituto Juan Pablo II de Valencia, por lo que relató en un castellano fluido la persecución que están sufriendo los cristianos en su tierra. Finalizó la intervención pidiendo que «no nos olvidemos de nuestros hermanos». El obispo, en su intervención pidió que seamos tierra de acogida y se mostró emocionado por escuchar el Padre Nuestro en arameo, la lengua de Jesús.