En la Diócesis hay unas 200 monjas y monjes de clausura

Este año, en nuestra Diócesis, ha habido dos nuevas incorporaciones a la vida contemplativa. Una de las monjas ha ingresado en las Carmelitas Descalzas de Getxo y la otra, en las Agustinas Recoletas, de Lekeitio.
Aunque es manifiesto que las vocaciones están disminuyendo considerablemente durante los últimos años, es una cuestión que no preocupa demasiado a la abadesa de las Clarisas Capuchinas de Basurto, la Madre Esperanza, con quien hemos tenido la oportunidad de conversar con motivo de la festividad. Es natural de Méjico y vino voluntariamente a Bilbao “porque como había necesidad, vinimos a acompañar a nuestras hermanas mayores”. En la actualidad son ocho las monjas que forman la comunidad ubicada en Basurto y la mitad de ellas son mejicanas. Es una situación que se repite en más de un monasterio. “Antes eran las de aquí las que venían a los conventos del otro lado del charco, pero ahora nos toca venir a nosotras”, explica con una amplia sonrisa.
Reconoce que les costó amoldarse a la cultura, a los giros idiomáticos o a las costumbres culinarias de Bilbao, pero ahora se sienten completamente integradas. La superiora es la encargada de  escuchar las noticias en la radio y transmitir lo que ocurre en el mundo a las demás, “porque no vemos la televisión”. La oración les ocupa la mayor parte del día aunque en sus ratos libres les gusta correr por el patio o jugar al baloncesto «cuando el tiempo lo permite».
Las monjas celebrarán la jornada de este año, en el marco de la Vida Consagrada y el Año Jubilar Teresiano. El lema elegido está extraído de un verso conocido de la santa: `Solo Dios basta´. “Es así, nosotras no necesitamos a nadie más”, admite la Madre Esperanza.