La celebración, en la que también se conmemoraba el 1700 aniversario del Concilio de Nicea, se centró en el significado de creer hoy y en la profesión de fe, tanto personal como comunitaria. «¿Crees esto?» se interpeló a la numerosa asamblea asistente.
El pastor de la Iglesia Luterana y el vicario general ahondaron en esta pregunta, invitando a los participantes a celebrar su fe común, recibiendo una vela y compartiendo la llama con los demás, como signo de la luz de Cristo resucitado. Todos los presentes rezaron juntos con el credo de Nicea y el Gure Aita. La celebración concluyó con una bendición conjunta. El coro de mujeres de Abesti Lagunak (Karrantza) animó la celebración, junto al salmista Jon Cearra.
Este acontecimiento ecuménico -explica el delegado de diocesano de ecumenismo, Miguel Ángel Esnaola- visibilizó el deseo de celebrar la fraternidad entre los pueblos y las diversas Iglesias cristianas. «Jesús nos pidió suplicar sin desfallecer con Él por la unidad. Visibilizar la unidad es más fuerte que toda palabra, una ocasión para acoger este don imprevisible. ‘¿Crees esto?'»