Gaspar Martínez, responsable de Cultura de la Diócesis
«Es como si a París le ardiera el corazón»
Las reacciones de pesar ante el grave incendio de un edificio patrimonio de la humanidad y símbolo del cristianismo en Francia y en el mundo, la catedral de Notre Dame, fueron inmediatas. Desde la petición que realizó el arzobispo de la Archidiócesis parisina, Mons. Michel Aupetit, en su cuenta de Twitter animando a los fieles a rezar y a que sonaran las campanas del resto de los templos, hasta el grupo de jóvenes que se reunió cantando el Ave María mientras veían arder la catedral, los mensajes de tristeza y conmoción se fueron sucediendo a lo largo de la tarde noche. Hoy, sin saber aún con toda certeza cuántas obras de arte han podido sobrevivir al incendio, recogemos la reflexión del responsable del departamento de Asuntos y Bienes Culturales de la Diócesis de Bilbao, Gaspar Martínez, quien muestra su tristeza ante el suceso que es mucho más "que el incendio de una joya del patrimonio arquitectónico religioso de Francia", ya que "es como si a París le ardiera el corazón".
Gaspar Martínez añade también que no es sólo el corazón de París el que arde «poniendo en grave riesgo su vida», sino que por extensión «es como si el corazón mismo de lo que llamamos Europa amenazara con detenerse y desaparecer, dejando a la historia huérfana de padre y de madre, abandonada entre la desolación de las llamas».
Para el responsable de Cultura de la Diócesis de Bilbao, los rostros de los que «atónitos» contemplaban esa gran «desolación» expresaban mucho más de lo que podían explicar sus mentes. Finaliza su reflexión diciendo que en esos rostros «están incluidos los nuestros, los de nuestros antepasados y los de esas generaciones futuras, que, al mirar a Notre Dame de nuevo reluciente tras ser rescatada de las llamas, sentirán que la historia ha de ser permanentemente rescatada de la amenaza del sinsentido y de la precariedad».