“Es necesaria una alianza de religiones para una alianza de civilizaciones”

Hemos empezado el curso y aún sigue matriculándose estudiantes en Teología, sobre todo, en la modalidad semipresencial on-line, en la que hemos incorporado sesiones por videoconferencia y donde tenemos estudiantes conectados desde diversos países al mismo tiempo que con los que están en las aulas de Deusto. El curso pasado tuvimos casi 300 alumnos on-line. En la modalidad presencial este curso hemos aumentado el número en primero de Teología. El perfil es muy plural desde estudiantes que se preparan para ministerios eclesiales, para profesores de religión hasta profesionales de diversos campos interesados en el estudio científico de la Teología.
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la Facultad durante este curso?
Sobre todo, cómo conseguir que la teología, sin perder su rigor académico y su calidad y nivel universitario, no se reduzca a una teología de escritorio, como dice el papa Francisco en la `Evangelii Gaudium´, y se ponga realmente al servicio de la evangelización, haciéndose más presente en la Universidad, en la sociedad y en nuestra Iglesia.
¿Bolonia está cambiando mucho las maneras de hacer?
Los cambios propiciados por Bolonia están consiguiendo una gran mejora en la calidad académica, una mayor preocupación por la investigación y el diálogo interreligioso y un  desarrollo de proyectos, publicaciones, conferencias sobre temas como la relación entre la fe y la ciencia o sobre cómo comunicar la fe en contextos de secularización.
Parece que últimamente se hace más necesario que nunca el diálogo entre la fe y las culturas actuales.  ¿Qué está fallando?
El estudio de la Teología y de los hechos religiosos es cada vez más necesario hoy en día, ya que es preocupante el aumento alarmante del fanatismo, del integrismo y de los fundamentalismos religiosos. No es posible una alianza de civilizaciones sin una alianza de las religiones. La Teología ayuda a descubrir que en la relación con el Misterio de Dios es más lo que nos une que lo que nos separa y que se puede y se debe amar lo que uno es sin odiar lo que uno no es.
Gracias a las nuevas tecnologías estamos cada vez más interconectados, sin embargo parece que las barreras que nos separan son cada vez mayores. ¿Nos ayuda a entender esto la teología?
Los medios de comunicación social ofrecen hoy oportunidades para el anuncio del mensaje cristiano. No podemos ignorar los efectos negativos que provocan las nuevas técnicas de comunicación. Pueden degenerar los valores morales y fomentar los reality shows. Hay mucha infoxicación (intoxicación informativa). Lo virtual suplanta a lo real, refuerza acríticamente el consumismo y ofrece diversiones corrosivas. Pero cada vez hay más nativos digitales. Con imágenes y sonidos informáticos aplicados al imaginario religioso se podría crear un ambiente propicio para orientar nuestros sentidos hacia lo misterioso y lo trascendente.