Mons. Joseba Segura ha señalado en su homilía que en este acto “reconocemos que entre nosotros ha habido abusadores”. Ha añadido que estas personas “no definen lo que hemos sido, más bien lo contrario de lo que hemos querido ser y hacer”.
El prelado ha proseguido diciendo que este momento oracional no se quiere cerrar nada. “Esta petición de perdón es necesaria, pero no es suficiente”, ha sentenciado. El obispo se ha dirigido en primera persona a las víctimas ofreciéndoles “ser escuchadas, aprendiendo de vosotras y sacando a la luz y confrontando los abusos que siguen ocultos”.
El obispo de Bilbao ha agradecido a las víctimas que con “vuestras dudas comprensibles, habéis dado el paso de acercaros y contarnos a la comisión de abusos y a mí mismo lo que habéis vivido”. Ha dado gracias a Dios “por todos y cada uno de esos encuentros, tan importantes para nosotros y de los que queremos seguir aprendiendo”.
El dolor de las víctimas
En la última parte de su intervención el obispo se ha referido al dolor de las víctimas y a los daños psicológicos que “pueden empezar a sanar, si conocemos los responsables directos”. Ha añadido que es importante “ofrecer espacios seguros para escucharlas, para acompañarlas, para defenderlas si fuera necesario”.
Otra de las afirmaciones con la que ha culminado su homilía ha sido la que hace referencia a la historia “la buena y la mala” que solo asumiéndola “podremos ser testigos de la Verdad plena”.
El obispo ha pedido a Dios que “nunca más sea posible que ningún abuso detestable se pueda producir en el seno de la comunidad cristiana o en alguna de sus obras”.
Testimonios y velas en el altar
Algunas víctimas y miembros de la comunidad eclesial han colocado velas en el altar mientras Carlos Olabarri, director de la Comisión de Prevención de Abusos de la Diócesis leía algunos fragmentos de diversos testimonios. Joseba Imanol Ibarra, una de las víctimas ha concluido este emotivo momento leyendo una poesía escrita por él mismo.