A continuación reproducimos, por su interés, el texto en su integridad:
Con Cristo, constructores de paz
1. Gure elizkizunen amaieran, “zoaze Jaunaren bakean” esaten da. Baketuta, bakezale eta bakegile izateko gonbita hartzen dogu.
Al terminar nuestras celebraciones litúrgicas, se despide a la Asamblea con la invitación: “Podéis ir en paz”. La expresión contiene una triple dimensión. Hemos recibido a Cristo, que es nuestra paz; Él es quien sostiene nuestra vida en la paz; y en Él somos enviados a ser constructores de paz.
2. La paz es un don de Dios, que debemos pedir en nuestra oración con humildad y confianza. La paz es, así mismo, fruto de la verdad, la justicia, el amor y el perdón. En el conjunto de la sociedad crece y toma cuerpo la percepción de que existen fundadas esperanzas de paz. En las últimas décadas no hemos conocido mayores expectativas para la desaparición definitiva de ETA y el logro de una paz estable, que esperamos y deseamos se hagan realidad cuanto antes.
Egia esan, itxaropena sendotzeko arrazoiak inoiz baino indartsuagoak dira gaur egun.
3. En estas circunstancias, todos –personas, instituciones, comunidad cristiana, organismos e instancias políticas y sociales– estamos llamados a sumar esfuerzos en favor de la paz y de la reconciliación, para que el terrorismo y la violencia sean erradicados de una vez para siempre. Valoramos las iniciativas que se llevan a cabo y se promueven en nuestra sociedad tales como la expresión de rechazo a toda forma de violencia, el fomento del diálogo sincero, el reconocimiento y acompañamiento a las víctimas, el fortalecimiento de la convivencia y la educación en la paz, la verificación del cese de toda violencia e intimidación, la opción decidida de recorrer caminos exclusivamente democráticos y de respeto mutuo, la búsqueda de amplios acuerdos basados en la consecución del bien común, la defensa de la verdad y del bien, de la libertad y de la justicia. Invito a la comunidad diocesana a orar y a trabajar por la paz y la reconciliación.
Bakearen alde ekin beharra daukagu danok. Ekimenak ez dira falta, zorionez: biktimei laguntzeko, alkarrizketa bultzatzeko, suetena egiaztatzeko, demokrazia sendotzeko, azken baten askatasuna eta justizia babesteko.
4. Jainkoaren maitasuna eta errukia zabaldu gure ditu Elizak bakegintzan, adiskidetzeko ibilbide luze honetan, zauriak lotuz, kontsolamendua eskeiniz, parkamena landuz eta alkartasuna ereinez.
La paz es, así mismo, fruto de la capacidad de reconocer y reparar en lo posible el mal causado, de restablecer la verdad y la justicia, de la humildad y el coraje de pedir perdón, y de la magnanimidad y anchura de corazón para otorgarlo y acogerlo. En el largo y costoso camino de la reconciliación, que va más allá del cese definitivo del terrorismo y la violencia, la Iglesia quiere ofrecer el ungüento de Cristo para curar heridas, consolar en el dolor, derribar muros de división y colaborar en la construcción de una sociedad justa, reconciliada y en paz. Es un camino no exento de dificultades, en el que no nos faltará la ayuda de Dios y en el que nosotros, como comunidad de discípulos y testigos, debemos empeñarnos con decisión, siendo fieles a Cristo Jesús que nos envía.
5. Queridos hermanos y hermanas, llevad la paz de Cristo, con vuestro testimonio y compromiso constante, sin desfallecimientos. Sed con Él constructores de paz. En su nombre, esta tarde os animo y envío: Izan zaiteze bakezale; izan zaiteze bakegile; ZOAZE JAUNAREN BAKEAN!
+ Mario Iceta Gabicagogeascoa
Obispo de Bilbao
26.09.2011
“Estamos llamados a sumar esfuerzos a favor de la paz»
Mons. Iceta realizó una reflexión sobre el “don de la paz” al despedir la celebración litúrgica de inicio de curso de ayer, en la Catedral . El obispo se refirió a la esperanza de alcanzar la paz estable, “que esperamos y deseamos se haga realidad cuanto antes”. Realizó un llamamiento a la comunidad cristiana a “sumar esfuerzos a favor de la paz y la reconciliación” y valoró positivamente las iniciativas “que ya se llevan a cabo y se promueven en nuestra sociedad”. La Iglesia se ofrece para “curar heridas” y “derribar muros de división”.