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05.08.2013

“Este es el mejor espacio que podemos encontrar”

Miguel Yuste es el responsable del Campo de Trabajo organizado por Bidesari, con personas presas y voluntarias, en el monasterio de Ziortza. Es educador social de la asociación y repite la experiencia por quinto año consecutivo porque considera que ofrece “un espacio incomparable” para relacionarse fuera de los muros de la cárcel. Tras una semana intensa valora la experiencia como “muy positiva”. 

¿Han merecido la pena estos siete días?
Por supuesto. Conocemos  a las personas presas que han participado desde hace tiempo, ya que el Campo es una continuación de la experiencia fuera de prisión de los fines de semana. Por lo tanto, sabemos las dificultades que puede tener cada chico. Este año han participado seis personas drogodependientes pero que en breve iniciarán el tratamiento de acogida, cumpliendo la condena fuera de prisión en los pisos habilitados para ello. Gozar de la libertad y, al mismo tiempo, estar acompañados por personas voluntarias que les transmiten su ánimo y les enseñan que hay alternativas a las drogas es muy positivo para ellos. Por otra parte, las personas voluntarias también reciben mucho de ellos.
Los voluntarios que participan en el Campo ¿repiten la experiencia?
Algunos sí, pero la idea es que se incorpore gente nueva que luego pueda participar en otros programas que desarrollamos a lo largo del año con personas presas. Hay mucha oferta de Campos de Trabajo pero el nuestro es diferente. Este año han venido tres chavales jóvenes de 21 y 22 años. El resto son voluntarios que componen el equipo formado por siete personas que acompañan en las salidas de los fines de semana. Procuramos equilibrar la experiencia de los antiguos con la ilusión de los nuevos.
¿Conoce experiencias de este tipo en otras Diócesis?
No son las habituales. Este año, por ejemplo, ha participado un chico de Granada que se informó sobre el Campo y le pareció especial. Por supuesto hay una buena disposición por parte de la prisión de Araba, la antigua Nanclares, para que las personas privadas de libertad participen.
¿Qué labor realiza Bidesari dentro de la prisión?
Trabajamos tanto en Araba como en la cárcel de Basauri.  Al año intervenimos con unas 200 personas. Las personas presas interesadas nos escriben una carta y tras hacerles una entrevista les derivamos a nuestros programas. Para participar en este Campo, por ejemplo, deben tener la cuarta parte de la pena cumplida, no deben haber consumido drogas durante cierto tiempo o no han debido traficar.
¿Cuál es el perfil de las personas presas en Euskadi?
Un volumen amplio, un 60-65%, ha delinquido porque era consumidor. Un 35 % de la población reclusa es extranjera y muchos de ellos están en prisión por traficar. Hace unos años pusimos en marcha el programa Hedatu dirigido a este tipo de personas. Este año también hemos empezado a realizar salidas de día con personas extranjeras. Creemos que todas las personas son susceptibles de realizar cambios en su vida y trabajamos por ello.