Mensaje del Papa Francisco
«Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz«, es el título del mensaje del Papa Francisco para este 1 de enero, día de Año Nuevo, en el que se celebra la Jornada Mundial por la Paz.
El Papa, en su mensaje, se refiere al Año Jubilar que acabamos de comenzar. «Evento que nos invita a emprender diversos cambios, para afrontar la actual condición de injusticia y desigualdad, recordándonos que los bienes de la tierra no están destinados solo a algunos privilegiados, sino a todos. Cuando uno ignora el propio vínculo con el Padre, comienza a albergar la idea de que las relaciones con los demás pueden ser gobernadas por una lógica de explotación».
Francisco propone cambios concretos y necesarios para «reabrir la vía de la esperanza», que nace siempre, «de la misericordia ilimitada de Dios»: La condonación de la deuda internacional, el respeto a la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural y un fondo mundial para luchar contra el hambre.
Mensaje completo: aquí
Las parroquias de la vicaría II, oran por la paz
Como cada último viernes del año, las parroquias del Valle de Villaverde y Enkarterri, se reunieron el pasado viernes 27 de diciembre para el encuentro «Ora por la Paz», que cada edición se lleva a cabo en una parroquia de Enkarterri. Esta ocasión, en San Severino de Balmaseda.
La oración se centró en el Mensaje del Papa Francisco para la LVIII Jornada Mundial de la Paz que se celebra hoy 1 de enero: “Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz”
Nos dice el Papa Francisco “Busquemos la verdadera paz, que es dada por Dios a un corazón desarmado: un corazón que no se empecina en calcular lo que es mío y lo que es tuyo; un corazón que disipa el egoísmo en la prontitud de ir al encuentro de los demás; un corazón que no duda en reconocerse deudor respecto a Dios y por eso está dispuesto a perdonar las deudas que oprimen al prójimo; un corazón que supera el desaliento por el futuro con la esperanza de que toda persona es un bien para este mundo”.
El acto tuvo dos momentos. Primeramente en el templo y, a continuación, en la Plaza San Severino, para concluir cantando el Himno de la Alegría. Concluyeron en los locales parroquiales de Balmaseda, compartiendo una merienda.