El campo de trabajo en la cárcel ha estado organizado por las Delegaciones de Caridad y Justicia, Anuncio y Catequesis, Misiones y Caritas Bizkaia y se enmarca en una serie de iniciativas organizadas “para provocar el objetivo de encontrarnos con Dios en el mundo de la exclusión”, explica Jorge Muriel.
Al término de la experiencia una de las participantes valoraba las sesiones con estas palabras: “estos días, con esta experiencia, no solamente soy cristiana, sino que también me he sentido cristiana, con todo lo que conlleva de fe y de compromiso. En especial, me ha acercado al mensaje de Jesús, que en esencia nos habla de la cercanía a los frágiles, a los desfavorecidos, a los vulnerables, en definitiva, a los invisibles. En la mayoría de las ocasiones los tenemos tan cerca que no les vemos. Para mí, estos días han sido un baño de amor y de humildad. Y gracias a Dios por poneros a todos vosotros y al colectivo que no puede estar aquí ahora, en el camino”.