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22.08.2025
Tras su participación en el curso Norte-Sur

Jóvenes de Bizkaia viven una experiencia misionera en Togo y Bolivia

Desde que comenzó el proyecto Norte-Sur en la diócesis de Bilbao, cerca de 400 jóvenes, sobre todo mujeres, han realizado el curso. De ellos, alrededor de 180 han participado en las experiencias de verano. Este año, la juventud ha vivido la inmersión en Togo y Bolivia. Han vuelto cargados de vivencias y de reflexiones. Tal y como señala Ainhoa Riaño, en una entrevista realizada en Bizkaia Irratia tras su vuelta de El Alto (Bolivia), la experiencia es enriquecedora e invita a repensar.  

En la segunda mitad de la década de los 90, desde Misiones Diocesanas Vascas se barajó la posibilidad de ofrecer a jóvenes o no tan jóvenes, experiencias de corta estancia en lugares de misión, para conocer la realidad de pobreza y desigualdad en los países del Sur y motivar la vocación misionera. Los compromisos misioneros en ese momento eran de 5 a 6 años, en dos periodos. Además, desde el servicio de formación del laicado de la diócesis de Bilbao se planteó la necesidad de ofrecer una formación sobre la realidad Norte Sur aportando la mirada cristiana. En este contexto, surgió esta formación Norte Sur en Bizkaia. Desde entonces, el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral, Misiones y Cáritas cooperación han acompañado cada año este proceso de formación. 

Ainhoa Riaño, es una de las jóvenes que, a lo largo de este curso, ha participado en el curso Norte-Sur y ha vivido una experiencia en Bolivia. Reproducimos (traducida) la entrevista realizada en la emisora diocesana, Bizkaia Irratia en torno a su vivencia.

¿Cómo definirías la experiencia?

Buena en general, curiosa y una experiencia que invita a repensar varias cuestiones.

¿En qué te ha ayudado el curso Norte-Sur?

A lo largo del año tratamos varios temas. En la última sesión nos ofrecieron información sobre diferentes códigos locales, de manera que nos sirvieran para no meter la pata. Nos han venido muy bien en algunas ocasiones.

¿Qué trabajáis durante el curso?

Este año nos hemos juntado siete jóvenes acompañados por Julio Cuadra y Luis Mari Vega. Nos reuníamos todos los sábados para profundizar en torno a diferentes temas. Por ejemplo, la transformación de las misiones de estos años, sobre la globalización, la pobreza… El curso no se ciñe solo a Europa y Latinoamérica. En las sesiones también hemos analizado la situación en diferentes puntos de África y Asia.

Una vez finalizado ¿Se puede elegir a dónde acudir?

Durante muchos años, la Diócesis de Bilbao ha mantenido un lugar de misión en Los Ríos (Ecuador). Sin embargo, dada la situación política y social del país han considerado que no es el lugar más seguro e idóneo. De este modo, desde hace algunos años, se vive la experiencia junto a misioneros de la comunidad de ADSIS tanto en Togo como en Bolivia.

¿Con qué situación os habéis encontrado en Bolivia?

Hemos estado en el centro político del país, en El Alto (La Paz), la ciudad más poblada del departamento. Inicialmente, nació como una extensión del crecimiento de La Paz, pero fue creciendo y se independizó en 1985. Comenzaron a residir allí principalmente los trabajadores procedentes de las zonas rurales. Las calles están sin asfaltar, no hay bancos ni papeleras…

¿A qué os habéis dedicado?

Durante la semana hemos estado acompañando a niños y niñas de 5 a 11 años con refuerzo escolar. Les ayudábamos con los deberes y con otras actividades de manualidades, bailes…Hemos acompañado a un total de medio centenar junto a personas voluntarias y personal contratado. La comunidad atiende además otros proyectos en el lugar.

¿Cómo se vive allí la fe?

Allí, es diferente. Se vive la fe y se acepta mejor que aquí. Puede que la situación cambie con el paso de los años, al igual que hemos vivido nosotros, pero de momento está bien arraigada.

Dices que la experiencia te ha ayudado a repensar ¿por ejemplo?

Aunque hayamos estado viviendo la misma experiencia, cada cual la vive de manera diferente. Próximamente nos reuniremos los que han ido a Togo y nosotros. Allí compartiremos y reflexionaremos sobre los aprendizajes que traemos.

Ainhoa Riaño con sus compañeros de experiencia en el aeropuerto de Loiu, tras su llegada de Bolivia



Jóvenes del proyecto Norte-Sur en Togo