¿Santidad en los gestos de cada día?
El título es sugerente, porque cada día tiene en la Exhortación un valor muy importante. Escuchamos hablar sobre grandes desafíos, pero en esta exhortación cobra importancia el pequeño espacio, el momento concreto, el protagonista que conocemos todos los días. En ese entramado tan próximo, tan fácil de entender, se introduce algo tan importante como la vivencia cristiana.
¿Qué mensaje nos quiere dejar el papa?
La Exhortación viene a decir que es posible un mundo mejor, en unas dimensiones que son realizables para cada uno de nosotros. En el fondo es un enorme desafío porque no permite escapatorias a las preguntas, incluso a las más importantes. Los santos son los que están al lado, los vecinos que tenemos enfrente.
¿Cuáles son las ideas principales que quisiera transmitir?
- Aceptar lo que propone el papa: que tenemos que deconstruir el concepto de santidad. Quitarnos de encima una carga que pesa sobre ella y la convierte básicamente como un ideal tan extremadamente difícil que al final lo rechazamos. Hacer esa deconstrucción y volver a reconstruir algo que nos convence, es uno de los éxitos de esta Exhortación.
- No vale cualquier santidad para cualquier tiempo. La santidad está tocada de historicidad. Una santidad resiliente, que debería practicar el discernimiento. Este es una de los temas estrella del papa Francisco. La exhortación se refiere a esto como la inteligencia espiritual que hoy deberíamos exigirle a la santidad para situarse en muchas de las encrucijadas en las que vivimos.