Ignacio Arregui nació en Oñati, en 1931, fue ordenado sacerdote en 1961 y era miembro de la Compañía de Jesús desde 1966. Se licenció en Filosofía, en 1955 y en Teología, en 1962, en el colegio Máximo S.J. de Oña, en Burgos y se diplomó en Comunicación Social en la Universidad Católica de Milán, en 1965. Fue profesor en el Centro de Medios de Comunicación Social de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (1992-1999), así como colaborador de numerosas publicaciones. Durante estos últimos años se dedicó a la causa del beato Gárate.
Los papas
Con motivo de la canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II, en 2014, el jesuita gipuzkoano, testigo de excepción y voz autorizada por su gran conocimiento de la vida vaticana, ya que durante el pontificado de Juan Pablo II ocupó el cargo de director de los Servicios Informativos de Radio Vaticana, reflexionaba sobre ese acontecimiento eclesial. Arregui explicaba que repasando la biografía de Juan XXXIII, elegido a sorpresa cuando contaba 77 años y que gobernó la Iglesia durante solo cinco años, parecía destinado a ser un Papa de pura transición, “observo que además de asombrar a todos en su momento con el Concilio Vaticano II se adelantó a algunas novedades del pontificado de Papa Francisco, 50 años más tarde. Efectivamente, Papa Juan, fue el hombre de la bondad, del diálogo, el Papa que quiso renovar la Iglesia abriendo puertas y ventanas ante un mundo al que se acercó siempre con sentimientos de bondad y aprecio, que puso en primer plano la pobreza evangélica y la paz, y dio una nueva esperanza a un mundo atemorizado por una posible guerra nuclear”.
Del papa Juan Pablo II, rememoraba que, en sus casi 27 años de pontificado, batió todo género de récords con sus 14 encíclicas, sus 104 viajes fuera de Italia, sus encuentros multitudinarios con jóvenes de todo el mundo, “dando a la Iglesia una expansión y una visibilidad como nunca antes había conocido. Personalmente, no olvidaré aquella mañana en el Cenáculo del Jueves Santo en Jerusalén en marzo del año santo 2000, cuando, terminada la misa, se quedó arrodillado en oración siendo yo el único testigo visible en ese momento. Verle a aquel líder mundial, a solas, de rodillas, rezando sin más testigos que yo mismo me permitió apreciar la autenticidad de su fe profunda”.
Encuentros
Otras ocasiones en que Arregui ha estado cerca de la Diócesis ha sido participando o dirigiendo alguno de los encuentros organizados por el Servicio Vicarial del Clero u otros organismos, como cuando impartió una conferencia a sacerdotes jubilados en 2013 titulada “Nuevos retos para la Iglesia. Nuestra respuesta”, en la que tras repasar la renuncia y la despedida del anterior pontífice Benedicto XVI, el precónclave, el cónclave, la personalidad del Papa Francisco y detalles de sus primeros actos de gobierno, hablaba de responsabilidad personal “esto –la actual situación- nos obliga a nosotros a una reflexión. Ahora llega nuestro momento”, decía entonces. De la renuncia del anterior papa resaltaba el hecho de que –en general- había sido un gesto muy bien valorado y que “asombró positivamente el coraje de Benedicto XVI y mejoró su imagen”, así como que queda abierta para el futuro la posibilidad de nuevas renuncias.
Del papa Francisco, Arregui destacaba su sencillez, austeridad y cercanía al pueblo, así como algunas de sus primeras frases tras ser nombrado pontífice “como me gustaría una Iglesia pobre, para los pobres”.
QEPD