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26.08.2020
Funeral mañana, 27 de agosto, a las 19 h. en Getxo

Fallece Ramón Villelabeitia, un cura al servicio de la emigración y el mundo obrero

Nacido en 1940 en Getxo, su ordenación sacerdotal tuvo lugar en Burdeos, lugar al que estuvo vinculado durante casi dos décadas. Fue coadjutor de la iglesia de San Pablo y San Francisco Javier de la localidad francesa y ejerció también como capellán de emigrantes españoles y portugueses. De vuelta a la Diócesis de Bilbao, recaló en Sestao, donde acompañó a jóvenes de la Juventud Obrera Cristiana (JOC).  Sus últimos destinos fueron Leioa y finalmente, Getxo, donde se celebrará el funeral por su alma mañana, 27 de agosto, a las 19 h., en la parroquia Andra Mari. 

Lontzo Zugazaga, párroco de Andra Mari de Getxo amigo y compañero de Ramón realiza una semblanza de una persona que califica como “delicada y sencilla” que manifestaba “gratitud, servicio, pulcritud y amor a la belleza, a su pueblo y a la Iglesia”.

Le llamaban con cariño “el viejo” del curso en los años que compartieron en el Seminario y les llamaba la atención “la pulcritud en su porte habitual”.

Lontzo recuerda a Ramón como una personasencilla, sin ambiciones mundanas que desvirtuaran o descentraran su servicio silencioso y eficaz”. Dedicado siempre a las personas más débiles y necesitadassu trabajo en Cáritas reflejaba y encarnaba esa virtud”. También queda patente esta faceta de su vida en el servicio que realizó en Burdeos durante los años 1982-1985 como capellán de emigrantes españoles y portugueses.

Carlos García de Andoín, director de lnstituto Diocesano de Teología y Pastoral, que coincidió con Ramón en Sestao durante siete años iniciando y acompañando a jóvenes de la JOC detalla otra dimensión de Ramón: la de los trabajadores. Era un cura que se acercaba “con sencillez” a los jóvenes del mundo obrero y “era querido por ellos”, detalla. Añade que estaba convencido de que «un joven obrero vale más que todo el oro del mundo y de que es el joven quien evangeliza al joven”, tal y como decía su admirado maestro Joseph Cardijn.

Un hombre agradecido

Afirma Lontzo Zugazaga que una de sus marcas era la del agradecimiento. Esa cualidad se manifestaba en infinidad de momentos, situaciones y relaciones “evidenciándolo explícitamente con la expresión `eskerrik asko´, que afloraba constantemente en su boca”. Se trataba de un agradecimiento que lejos de ser “vacío” y “rutinario”, salía “de su interior”.

Un hombre con gran capacidad para detectar la belleza, gozaba de “ese espíritu de finura” que comentaban los franceses, país en el que vivió desde 1968 hasta 1985.

Sobre sus últimos años de enfermedad y dolor Zugazaga destaca que, han constituido su “vía crucis”. Sin embargo, durante los últimos momentos solía decir que, aunque el dolor le aprisionaba la cabeza y el cuello, “a ratos voy charlando con Él”.Se refería – señala Lontzo- al Cristo Crucificado que tenía frente a su cama”. 

Descanse en Paz- Agur Egun Handira arte!

Ramón Villelabeitia, descanse en paz