Estos días se han sucedido varios actos civiles y religiosos con motivo de la efeméride. Ayer, a la cita anual del responso que se realiza en el cementerio de Gernika acudieron más autoridades, vecinos y periodistas que en otras ocasiones. Fueron también más numerosas las delegaciones e instituciones que quisieron depositar un ramo de flores o una corona en el mausoleo en el que están enterradas las víctimas del bombardeo. Tras el responso, que fue acompañado por la coral de la villa, `Gaudeamus´ se bailó el aurresku de honor. A las 19 horas se celebró la misa por los fallecidos, donde la comunidad de la catedral de Urakami (Nagasaki) hizo entrega de la réplica del busto de la Virgen bombardeada a la parroquia.
El arzobispo de Nagasaki entregó a la comunidad la imagen dolorosa que recuerda «la insensatez de la guerra e implora la intercesión de Nuestra Señora ante Cristo por la Paz y la Salvación para toda la Humanidad».
Una coincidencia curiosa
La estatua estuvo en el altar central de la iglesia de Nagasaki. Era una talla de madera de unos 2 metros de alto, tallada en España y se cree que fue donada a la Iglesia alrededor de 1900 por el embajador Uribarri.
La imagen de María se quemó en la explosión por la bomba atómica, pero la cabeza quedó enterrada entre las cenizas y así logró salvarse. El año 2005, con motivo del 60 aniversario de la bomba, se reconstruyó la nave derecha de catedral de Urakami y se dedicó a la Virgen. Desde ayer, la parroquia Andra Mari cuenta con una réplica que se colocará junto a otra réplica de la cabeza de la Virgen, que apareció también entre los restos del retablo dañado en el bombardeo de Gernika.
26.04.2017
Feligreses de Nagasaki entregan una réplica de la Virgen bombardeada a la parroquia Andra Mari
Ayer, 80 aniversario del bombardeo de Gernika, la comunidad de creyentes de la parroquia Andra Mari, celebró una eucaristía en memoria de los fallecidos en el ataque, presidida por el obispo de Bilbao y concelebrada, entre otros, por el arzobispo de Nagasaki. En la misa, la delegación formada por víctimas del bombardeo de Nagasaki, entregó a la comunidad una réplica de la estatua de la Virgen Bombardeada realizada por el escultor Isao Nishimura, feligrés de la catedral de Urakami y también afectado por la bomba atómica.