El Papa Francisco ha autorizado la promulgación de los decretos que reconocen el milagro obtenido por intercesión de las beata veronesa, que en el siglo XIX fundó una comunidad religiosa para ofrecer ayuda a los más necesitados, inspirada en la espiritualidad de San Vicente de Paúl, y el martirio de los cinco franciscanos, en septiembre de 1597 en América del Norte, y de los religiosos maristas, en 1909, durante la llamada «semana trágica» de Barcelona.
Cinco mártires en la Georgia del siglo XVI
Los frailes menores Pedro de Corpa, Blas Rodríguez de Cuacos, Miguel de Añón, Antonio de Badajoz y Francisco de Veráscola, habían sido enviados en misión a Norteamérica. Su martirio -explican- fue causado, en particular, por la aversión de los nativos a la predicación de la doctrina del matrimonio cristiano. «Los cinco eran conscientes de los riesgos y peligros asociados a su apostolado también en relación con su seguridad. Poco después de su muerte, la fama de su martirio se extendió arraigándose en el territorio».
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