Mons. Mario Iceta en su homilía ha mostrado su agradecimiento al «esfuerzo grande, la dedicación que desde las instituciones estáis haciendo frente a estos desafíos» y les ha pedido que cuenten con la Iglesia «en todo aquello que pueda servir para aliviar a nuestros hermanos y hermanas en estos momentos de dificultad». El obispo de Bilbao ha hablado de la pandemia «tan grande que padecemos» y sus consecuencias sociales y económicas que son «fuente de sufrimiento». Ha subrayado que este paso requiere una reflexión para intentar leer «este momento histórico que vivimos» y que los cristianos lo hacemos «desde el misterio del amor y desde el misterio del mal que acompaña nuestra existencia». Pero, ha añadido «Dios no nos abandona».
En estos duros momentos, el obispo ha pedido que no nos dejemos abatir por la desesperanza. Ha reconocido la labor de tantas personas «volcadas en hacer el bien» que nos acompañan durante este tiempo. Ha recordado a «quienes lloran por los familiares y allegados» y ha recordado que «la muerte no es la última palabra».
Crisis económica y social
Ha pedido la participación de todos donde la persona sea el centro y se eviten múltiples descartes de los desprotegidos. «En este tiempo necesitamos responder con responsabilidad y generosidad a lo que las autoridades nos proponen», ha añadido y ha finalizado su homilía aludiendo a la esperanza que nos muestran «los santos de la puerta de al lado». Como conclusión el obispo ha dicho que «no olvidemos que amar es servir».
Las próximas eucaristías se celebrarán a las 16 h, 18 h y la última del día a las 20 h.