Iñaki Franco Capetillo, nació en Barakaldo, 20 de noviembre de 1932 y fue ordenado presbítero en la parroquia de San José, de la localidad fabril, el 31 de julio de 1957. Se licenció en Filosofía y Letras, en Valencia; en Teología, en Comillas y, además, era diplomado en Sociología.
Recién ordenado, su primer destino estuvo en Ortuella, como coadjutor (1958-1960). Posteriormente le nombraron capellán del colegio de Damas Nevers y fue profesor de la Escuela Profesional HH. Maristas, de Durango.
Entre los años 1962 y 1963, fue coadjutor en Trápaga. Desde 1963, hasta finales de dicha década, coadjutor del Sagrado Corazón de Sestao y, posteriormente, ecónomo de San Miguel-Sestao y arcipreste de la zona portuaria. Tras pasar un tiempo de estudios, le destinaron a Santurtzi, como moderador del equipo presbiteral de la parroquia de San Jorge y luego como auxiliar de dicha parroquia.
Durante varios años impartió clases de religión, filosofía y literatura en el colegió de El Carmen, de Portugalete.
A finales de los 90, fue nombrado vicario parroquial de Sopuerta y Galdames y, de 2001 a 2006, formó parte del Consejo Pastoral Diocesano.
Conversador amable y cercano
José Luis Villacorta, compañero suyo presbítero, dice que Iñaki, que fue su «primer párroco», puede ser recordado con el comentario de Miguel Delibes: «con sola su presencia aligeraba la pesadumbre de vivir».
Le define como un conversador amable y cercano y como una persona interesada por la situación de sus innumerables conocidos y amigos. “Disfrutaba recordando los años vividos siempre poblados de nombres. Ahora -dice- conversará con el entusiasmo que le producía su memoria».
Una plaza con su nombre en Sopuerta
Los últimos años de la vida de Iñaki los pasó en Sopuerta, localidad a la que estuvo muy unido desde su primera infancia. El vicario territorial de la vicaría II, Miguel Vera, le conoció bien y señala que, aunque nunca fue párroco de allí, “como a él le gustaba puntualizar», siempre estaba disponible para cualquier necesidad en la atención de las comunidades. «Le gustaba mucho pasear y encontrarse con la gente, parándose a hablar con todos para recordar cosas de la familia o del pueblo. También tenía afición a la huerta y a los frutales y le gustaba invitar a sus amigos a comer o merendar en la naturaleza”.
El pueblo de Sopuerta quiso reconocer esta dedicación de Iñaki y, en diciembre de 2017, puso su nombre a una de las plazas del municipio, la que está junto a la Iglesia de Mercadillo donde el «cantó» (como se decía entonces) su primera misa. Allí se celebrará esta tarde su funeral, a las 19:00 h., “y lo haremos -dice Vera– con todo el cariño y la fe que también hemos recibido de él”.
Muy familiar
Su sobrino Carlos, hijo de la única hermana de Iñaki, dice que su tío siempre fue una persona muy familiar. Su ama había fallecido muy joven y a él le gustaba mucho estar con sus primos y familia de Sopuerta. Carlos destaca su faceta de persona generosa , “fue -dice- muy dado al servicio de los demás, a ayudar a la gente en todo lo que él pudiera”.
La amatxo de Begoña, el Athletic y la huerta
El último tiempo residió en la Misericordia, pero anteriormente había vivido en la residencia de Venerables, en Begoña y siempre tuvo una devoción especial hacia la “Amatxu”.
Fue socio del Athletic durante más de 40 años. Tenía mucha afición y, mientras la salud se lo permitió, acudió a San Mamés a ver todos los partidos que pudo de su equipo.
Como también ha destacado Vera, otra de sus grandes aficiones fue la de trabajar en su huerta en Galdames. “La mimaba -dice su sobrino-. Le gustaba plantar diferentes cosas y se preocupaba mucho por la cosecha obtenida”. Siempre estaba en continuo aprendizaje “incluso en la huerta le gustaba investigar y lograr mejores productos”.
Goian bego!!!