Iñaki Galdós nació en Bilbao el 2 de noviembre de 1931. Estudió profesorado Mercantil, en la escuela de Estudios Mercantiles de Bilbao. Fue ordenado presbítero en la basílica de Begoña en el año 1958 y, tras su ordenación, fue profesor del Seminario durante tres años. Después partió a Los Ríos (Ecuador) como Misionero y a su regreso en 1963 fue nombrado capellán de las Mercedarias. En 1964 volvió a impartir clases en el Seminario. Desde 1965, Iñaki Galdós estuvo adscrito a Ciudad Jardín y fue nombrado consiliario diocesano de juveniles. También ejerció como capellán de la Sala Cuna y su último destino hasta su jubilación fue como Auxiliar en La Peña-Bilbao.
Día de las librerías
La casualidad ha hecho que precisamente hoy, 8 de noviembre, se celebre el Día de las Librerías, que este año lleva por lema “Las librerías nos tocan” y pretende poner de manifiesto el importante papel que ejercen las librerías en sus barrios, pueblos o ciudades. una de las actividades por las que muchas personas han conocido a Iñaki Galdós es por su etapa como responsable de la librería Diocesana Jakinbide. Tras 16 años en ese cargo, Iñaki Galdós, se jubiló en el año 1997 cediendo el testigo a Bernar Zarraga, responsable de la librería hasta nuestros días. En aquel momento, en su carta de despedida Galdós decía que “esto no quiere decir que lo deje totalmente. En estos temas de nuestra Iglesia diocesana uno siempre se queda, en un segundo plano, pero se queda” y eso es lo que hizo él, seguir colaborando con la librería durante unos años ayudando en la gestión comercial y en temas administrativos.
Consuelo Puente, trabajadora de Jakinbide, conoció mucho a Galdós a quien define como muy riguroso en su trabajo, pero también muy humano. Galdós asumió la dirección de Jakinbide cuando pasaron del local de Henao al de Colón de Larreategi. Consuelo dice que él la enseño a coger la marcha del funcionamiento de la librería “siempre estaba ahí, colaboraba mucho con las personas que trabajábamos en la librería y era muy humano. Siempre se preocupaba por nuestras condiciones en el trabajo, que fueran buenas. A mí nunca me negó un permiso. Era una persona muy respetuosa sabía llevar muy bien su trabajo. Al cabo de tantos años nos unió el respeto y amistad”. Consuelo destaca también que Iñaki “no hacía distinciones entre la gente, para él éramos todos iguales”.
Goian Bego!