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25.01.2024
Goian bego!

Ha fallecido José Luis Gutiérrez Amesti, un hombre amable y generoso

El martes falleció en Bilbao el presbítero diocesano José Luis Gutiérrez Amesti, a los 92 años de edad. Su funeral tendrá lugar esta tarde, a las 19:00 h., en la parroquia de San Vicente Mártir de Bilbao.

Gutiérrez Amesti nació en Sodupe, el 30 de noviembre de 1931 y fue ordenado presbítero el 28 de junio de 1959. De 1959 a 1966 fue ecónomo de Pobeña y encargado de Muskiz, hasta su designación como ecónomo de Aranguren. En ese destino pasó gran parte de su vida como presbítero. Desde 1989, hasta su jubilación, en 2006, fue el administrador parroquial de Sanfuentes.

Una familia, que durante su etapa en Pobeña y años después en Sanfuentes tuvo mucha relación con él, le recuerda como uno más de casa. “De primeras parecía serio, pero cuando cogía confianza era muy sociable y cariñoso y le gustaba jugar con los niños. Tenía paciencia”. Entre sus aficiones, estaba la de jugar la partida con sus amigos y también le gustaba mucho ir a cazar y a por setas al monte.

Fue un hombre familiar, con sus hermanas -tuvo cinco, una de ellas ya fallecida- y sus sobrinos.

Elías López, le conoció en el año 1966, cuando José Luis llegó a Aranguren. “Nos casó él y tuvimos mucha relación a lo largo de los años”. La mujer de Elías era monitora y colaboraron mucho en campamentos y otras actividades. Dice que fue un hombre con mucha personalidad y coincide con otros interlocutores en que “parecía serio, pero era muy cercano”.

Elías destaca que “siempre se estaba a gusto con él. Sabía atender a quien le acompañaba y era muy amable”. Religiosamente “era muy firme, con ideas muy fijas”. Cercano a la juventud y a los grupos de catequesis, eskauts y de confirmación. “Adelantado a su tiempo. Hace muchos años, cuando marchábamos de campamento, siempre dejaba a alguien para que hiciese la celebración de la palabra”.

Le define como una persona “muy de la parroquia”, preocupado porque la gente estuviese a gusto allí y recuerda que si en invierno bajaba mucho la temperatura, la gente no pasaba frío en el templo, porque él ponía sus recursos a disposición de la parroquia y si hacía falta pagaba de su bolsillo la calefacción.

Otra feligresa de Aranguren, Carmentxu Martínez, también estuvo muy cercana a él durante los años que José Luis permaneció en el pueblo. Empezó colaborando en catequesis y al final hacía de todo un poco. Recuerda los campamentos de verano en Liendo, donde colaboraban en lo que hiciese falta. «Para mí -dice- fue una persona muy agradable, era estupendo. Me ayudó mucho. Se adaptaba a la gente y le gustaba hablar con todo el mundo».

QEPD!

José Luis Gutiérrez Amesti