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17.04.2015

Ha fallecido Marta Jiménez

En la madrugada del pasado viernes, día 17, falleció Marta Jiménez, Religiosa del Sagrado Corazón y actual presidenta del Consejo Diocesano de Religiosos-CONFER Bilbao. Su funeral tendrá lugar pasado mañana, miércoles, día 22 de abril, a las 18:00 h., en la parroquia de Ntra. Sra. Del Rosario de Rekalde.

Marta Jiménez presidía el Consejo Diocesano de Religiosos-CONFER Bilbao desde 2011, sustituyendo en el cargo al religioso, José María Larru. Las distintas comunidades eligieron a esta religiosa del Sagrado Corazón, Licenciada en Teología Moral y con una dilatada experiencia educativa y pastoral para la presidencia de su consejo. Durante este periodo han compartido responsabilidades con ella, Vicente Marcuello, como vicepresidente y las religiosas Isabel Tudanca y Manuela Odriozola, en las labores de secretaría y administración respectivamente.
La propia Marta relataba sus impresiones tras asumir su cargo como presidenta del consejo diciendo que esta encomienda le suponía el aprendizaje de algo nuevo “pero a Dios gracias, -decía- será compartido  con otras Hermanas y Hermanos; una novedad total en mi historia de servicios diversos en la iglesia. Mis colaboraciones con las CONFER –añadía- han sido puntuales en formación y en retiros; pero nunca he participado en sus estructuras. Así que me incorporo al equipo con la clara conciencia de cuánto puedo  aprender y  recibir”.
Preguntada por los retos que se planteaba, Marta destacaba que serían “acoger lo valioso vivido, e iniciar nuevos caminos, relaciones… así como intuir y ahondar en la importancia del ahora de la Vida Religiosa en esta iglesia y en esta realidad de la que somos parte activa”.
Marta se adaptaba fácilmente a las situaciones que le iba tocando vivir “Me gusta trabajar con gente joven, con las de mi edad y con las que tienen más experiencia que yo y nos han abierto caminos. La vida es relación, reciprocidad. Complementarnos nos enriquece y nos pone en nuestro lugar: somos-con y para- los demás. Esto es una de las cosas que le da más sabor a la vida y en las que pienso que en la Vida Religiosa hemos dado más pasos;  pasos de gigante a partir del mandato que nos dio  el Concilio Vaticano II”.
En cuanto al tema de las mujeres, Marta Jiménez incidía en que “las mujeres somos parte de la iglesia, aunque nos queda espacio por ocupar pero, mientras; en vez de lamentarnos, estamos dando mucha vida, servicio a los necesitados, también Palabra y gesto profético. La misión podrá ser compartida cuando, realmente, seamos mesa abierta, en la que todos y cada una, pueda ocupar su espacio, tener su palabra, desarrollar su carisma y su visión. Yo miro más al camino recorrido, porque me impulsa hacia el que nos queda por hacer. Creo que en esta Diócesis, y desde hace bastantes años, se abrieron muchas puertas, se anularon algunas fronteras muy significativas como fueron: la Asamblea Diocesana con una vicepresidenta, Delegación de Enseñanza, Responsables en parroquias, por nombrar sólo algunas. Esto quiere decir que hay camino hecho y que ¡Queda horizonte de futuro para seguir en esta línea!”
Testimonios
Luisa Loroño, compañera de trabajo de Marta dice que “recordarla no es en absoluto tarea difícil”, pero expresarlo con palabras, “más aún con palabras escritas, no es tarea sencilla ya que no soy muy dada a expresar en alto mis emociones”.
Loroño rememora cuando se conocieron hace 29 años, “yo entonces tenía 24 años y había terminado recientemente la carrera. No se podría decir que nuestra relación fuera profunda en lo personal, de hecho, en aquella época, ella era la encargada del Obispado para los profesores de religión de los centros públicos, y aunque nuestra relación estuvo muy determinada por esa realidad, una realidad muy concreta, su recuerdo me ha acompañado durante todos estos años. No ha habido día que al subir a Begoña no me haya acordado de ella, y que en ese momento  no hubiera sentido la necesidad de subir a visitarla, pero  ya sabía que Marta había dejado ese cargo hace muchísimos años y que por tanto eso ya era imposible. Hay personas que pasan durante un instante por tu vida, pero se han quedado en ella para siempre. Y esa fue Marta para mí”.
Marta era una mujer firme, fuerte –destaca Luisa Loroño- “en todas las reuniones que tuvimos con ella, siempre supo lo que quería  trasmitir y lo hacía, sabía lo que nos quería exigir y lo hacía. Pero, al mismo tiempo, era una mujer que se preocupaba por nosotros, quería lo mejor para nosotros. No  le gustaba que la gente se acomodase, muy al contrario nos instaba permanentemente  a buscar y escoger nuevas oportunidades, nuevas metas. Con sus ideas, con su manera de ver y hacer las cosas, era de esas personas que siempre ´abren puertas´ y nunca las cierra”.
Su firmeza y su convicción, -concluye Loroño- no impedían sin embargo que se aflorara el lado humano de su persona, “su tono de voz  cálido y envolvente, la confianza y el afecto profundo que te trasmitía al hablar, te hacía sentir que eras importante para ella, que contaba contigo, que te tenía en su equipo porque confiaba en ti, porque le gustaba como lo hacías ( y puede haber algo más importante para una joven de 24 años que una mujer así quiera contar contigo?). Marta es de esas mujeres que te animan a cambiar las cosas que puedes y que te enseñan a aceptar, con serenidad, aquellas que no puedes cambiarlas. Creo que recordar es la mejor manera de no olvidarnos.
 

Marta Jiménez.